Jerusalem versus Jerusalén: variación lingüística en el español rioplatense

EPÍGRAFES
Nota: En cada epígrafe, la letra cursiva se ha agregado a Jerusalem o Jerusalén.

Entonces Salomón juntó en Jerusalem los ancianos de Israel, y todos los príncipes de las tribus, los cabezas de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión.

Biblia Reina-Valera 1909, Segundo Libro de las Crónicas, Capítulo 5, Versículo 2.

 

Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los príncipes de las tribus, los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trasladaran el arca del pacto de Jehová de la Ciudad de David, que es Sion.

Biblia Reina-Valera 1960, Segundo Libro de las Crónicas, Capítulo 5, Versículo 2.

 

Jerusalem. → Jerusalén.

Jerusalén. Forma española del nombre de la ciudad que se disputan palestinos e israelíes como capital de sus respectivos territorios nacionales: «La Autoridad Nacional Palestina ha sido inflexible en su exigencia de que Jerusalén sea, íntegramente, la capital de su Estado» (Semana [Col.] 9-15.10.00). Esta forma, completamente adaptada al sistema gráfico del español, es hoy mayoritaria y preferible, por lo que se desaconseja el uso de la variante Jerusalem.

RAE/ASALE, Diccionario panhispánico de dudas, 2005.

 

El término “sionismo” fue acuñado en 1885 por el escritor vienés Nathan Birnbaum, en alusión a Sión, uno de los nombres bíblicos de Jerusalem. Durante casi dos milenios, los judíos de todos los rincones del mundo rezaban varias veces al día por la reconstrucción de Jerusalem y el retorno a la Tierra Prometida de la que habían sido expulsados a comienzos del segundo siglo de la Era Común luego de la fallida revuelta contra los romanos (pág. 53). […] La ONU creó una comisión especial llamada UNSCOP que por mayoría (ocho votos sobre once) recomendó la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y el otro judío y removió a Jerusalem de la soberanía de éstos, poniéndola bajo su jurisdicción. La ciudad santa, como corpus separatum, quedaría así internacionalizada. Para el Yshuv (la comunidad judía de Palestina) éste fue un gran golpe. Jerusalem era su centro espiritual y ya había sido capital del Reino de Judea; lucía inconcebible imaginar un Hogar Nacional judío moderno sin ella. Además, la ciudad tenía mayoría judía desde 1860, y en 1947 residían allí cerca de 100.000 judíos y 65.000 árabes (de éstos, 40.000 eran musulmanes y 25.000 cristianos). Ese guarismo equivalía a un sexto de la población total judía de Palestina, y al sacar a Jerusalem del futuro estado judío el balance demográfico quedaría gravemente afectado. Aun así, los judíos aceptaron el Plan de Partición. “Fue el precio que debimos pagar por el estado”, lamentaría David Ben-Gurión (pág. 318).

Julián Schvindlerman, analista político internacional, escritor y conferencista,

Roma y Jerusalem / La política vaticana hacia el Estado Judío, 2010.

 

INTRODUCCIÓN

En 1997 comencé a trabajar como intérprete en el Tribunal de Inmigración de San Francisco, California (Estados Unidos de América o Estados Unidos de Norteamérica), donde conocí a mi colega Débora Simcovich. Al poco tiempo, me percaté de una de las muchas diferencias entre su variedad del español, la de una hablante nativa del Barrio de Villa Crespo de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), y la mía, la de un hablante de español como segunda lengua, oriundo de los Estados Unidos. La diferencia lingüística a la que me refiero —y que motivó este trabajo— es la siguiente: ella decía (y dice) Jerusalem; yo, Jerusalén.

Ahora bien, hay personas que opinan que las diferencias en la pronunciación entre Jerusalem y Jerusalén son poco perceptibles, sobre todo si se hace una pronunciación rápida. Esto puede ser cierto, pero la diferencia fonológica entre Jerusalem y Jerusalén la percibí sin ninguna dificultad. Es más, en ningún momento vi que mi colega Débora escribiera el topónimo Jerusalem, sino que solamente le escuché pronunciar así la palabra.

Aparte de la variación fonológica entre Jerusalem y Jerusalén —el tema de este trabajo—, también existe variación fonética en la forma de pronunciar palabras agudas con n en posición final de palabra tales como Jerusalén, Belén, contén, gamín, sillín, canción, quejón, renegón y refunfuñón. En aproximadamente la mitad del mundo de habla hispana (en Centroamérica, las Antillas, Venezuela, Ecuador, Perú y en partes de Colombia, de Bolivia y de Chile), la /n/, en posición final de palabra, se pronuncia con un sonido velar ([ᶇ]), como el último de la palabra inglesa sing, que no es el de una [g]. En la otra mitad, en cambio (en la mayor parte de España, de México y del Cono Sur), la /n/, en esta posición, es alveolar ([n]) y se pronuncia como el último sonido de la palabra inglesa sin o en el de singin’. (En el habla coloquial o popular singing se pronuncia singin’).

Para confirmar lo anterior, piénsese en el año 1952, en Gene Kelly, Debbie Reynolds y la diferencia fónica entre singing in the rain (singing se pronuncia con una n velar) y Singin’ in the Rain (Singin’ se pronuncia con una n alveolar). ¿Por qué recurrir a una lengua extranjera para explicar esta diferencia de sonidos? Se hace así por necesidad: precisamente porque en español las enes velar y alveolar son alófonos del mismo fonema, no existe ningún par de palabras españolas que nos pueda servir de ejemplo. Dicho de otra manera, las palabras inglesas sing y sin son “pares mínimos” (dos palabras de distinto significado en las que hay un solo sonido que las distingue), mientras que las pronunciaciones velar y alveolar de canción son simplemente dos maneras diferentes de pronunciar una misma palabra.

Ahora bien, volvamos al tema principal que nos ocupa aquí: la diferencia fonológica entre Jerusalem y Jerusalén y, específicamente, la cuestión de quiénes lo dicen y lo escriben de una u otra manera. Durante años no le di importancia al hecho de que me había topado con un caso de variación lingüística. Pero, de repente, comencé a preguntarme por qué mi colega Débora decía Jerusalem y yo, Jerusalén. A grandes rasgos, mi suposición era la siguiente: me imaginaba que Jerusalem había sido la variante que ella aprendió en sus primeros contactos con la palabra, mientras que Jerusalén fue la que, años más tarde, yo aprendí durante mis primeros roces, en español, con el nombre de la misma ciudad. Esto tiene cierta lógica si se considera que los estudiantes de español como lengua extranjera solemos aprender las variantes normativas. Con variantes normativas nos referimos a las que promueve y recomienda la Real Academia Española / Asociación de Academias de la Lengua Española por medio de sus obras el Diccionario de la lengua española (RAE/ASALE, 2014), el Diccionario panhispánico de dudas (RAE/ASALE, 2005), la Ortografía de la lengua española (RAE/ASALE, 2010), y a otras obras que citan o resumen el contenido de aquellas.

Según mi hipótesis, los primeros contactos que un hablante tiene con algún uso lingüístico son los más importantes y, en muchos casos, los que determinan el uso de la persona por el resto de su vida; esto es, a menos que surja una razón específica, algún tipo de presión, que propicie el abandono del primer uso lingüístico aprendido y su eventual reemplazo por uno nuevo. Esto podría suceder, por ejemplo, si la persona (sobre todo si es joven o lingüísticamente muy atenta y sensible) se muda a otro lugar, o se integra a otra comunidad, donde las personas tienen distintos patrones lingüísticos.

Un día, casi por impulso, decidí inquirir sobre el tema a mi colega y, aunque la memoria suele ser traicionera, lo que recuerdo de nuestra conversación fue que tuvo más o menos el siguiente tenor:

Andre: Débora, ¿por qué dices Jerusalem y no Jerusalén?
Débora: Porque así es. En castellano se dice Jerusalem; no se dice Jerusalén, o por lo menos no recuerdo haber escuchado que digan Jerusalén.
Andre: Entiendo. ¿Y dices Belem o Belén?
Débora: No, Belén.
Andre: ¿Y por qué no dices Jerusalem y Belem, o bien Jerusalén y Belén? ¿Por qué esta incongruencia?
Débora: No sé. Pero casi nunca hablo de la ciudad de Belén, que no está en Israel sino en Cisjordania.

Luego, en octubre de 2017, decidí investigar sobre estas dos variantes gráficas y fonológicas. Mi meta no fue determinar cuál de las dos variantes era la “correcta” y cuál, la “incorrecta”, sino conocer las percepciones de los rioplatenses[1] acerca de cuál consideran que es la variante adecuada y el porqué. (Como lingüista descriptivo, suelo centrarme en las diferentes percepciones que existen sobre la corrección, más que en la corrección misma en términos absolutistas).

El texto de la consulta que envié a los encuestados fue el siguiente:

En su experiencia en Uruguay, ¿quiénes son los que suelen escribir/decir Jerusalem y quiénes los que tienden a decir/escribir Jerusalén? Por ejemplo, los jóvenes versus las personas mayores, los judíos uruguayos versus los no judíos uruguayos, etc. ¿Existen tendencias o pautas al respecto? Quisiera saber cuál variante suele usar usted y, en su experiencia, de qué depende que un uruguayo escriba/diga esta palabra de una u otra manera. Le agradeceré cualquier información que me pueda dar sobre ese tema en particular.

A los encuestados argentinos les hice la misma consulta, pero con “Argentina” y “argentino(s)” en lugar de “Uruguay” y “uruguayo(s)”.

Participantes del estudio, características de los testimonios

Para realizar la investigación, me comuniqué por correo electrónico con todos aquellos miembros de la American Translators Association que, según el directorio de la ATA, vivían en Uruguay o la Argentina al momento de hacer la encuesta. ¿Por qué hacer la encuesta casi exclusivamente a miembros de la ATA? Por una sencilla razón. Era la manera más fácil que tenía para comunicarme con un número considerable de rioplatenses. Le pregunté a cada uno cómo decía y escribía el nombre de la ciudad en cuestión, Jerusalem o Jerusalén, y cuál era la manera de pronunciar y grafiar este topónimo que había observado entre sus compatriotas, tanto judíos como no judíos. También incluí en la consulta a unos cuatro o cinco rioplatenses judíos que viven fuera del Río de la Plata, en España, Alemania, Israel y los Estados Unidos, pero el 95% de las personas encuestadas vivían en sus respectivos países de origen al momento de ser consultadas.

Decidí limitar la encuesta a personas originarias de Uruguay y la Argentina por tener estos dos países poblaciones judías bastante numerosas si las comparamos con los porcentajes de judíos de los demás países de habla hispana. Esto es según Vital Statistics: Jewish Population of the World (http://www.jewishvirtuallibrary.org/jewish-population-of-the-world), fuente que indica que, en 2016, los países de habla hispana con mayor porcentaje de población judía eran los siguientes:

1) Uruguay (0,5% de la población, 17.000 judíos)
2) Argentina (0,43% de la población, 180.700 judíos)
3) Panamá (0,25%, 10.000 judíos)
4) Chile (0,1%, 18.300 judíos)
5) Costa Rica (0,05%, 2.500 judíos)
6) Puerto Rico (0,04%, 1.500 judíos)
7) México (0,03%, 40.000 judíos)
8) España (0,03%, 11.800 judíos)
9) Venezuela (0,03%, 7.700 judíos)

Sin embargo, esta fuente no indica cómo se obtuvieron ni en qué se han basado las referidas cifras. Tampoco señala cuántos judíos de estos países son hablantes nativos del español y cuántos lo son de otros idiomas. De todos modos, por inexactas que puedan ser estas cifras, nos dan cierto indicio de la relativa población judía en los países de habla hispana. También es cierto que siempre ha habido debate sobre quiénes son o no judíos, por lo que, reitero, las cifras aquí citadas son sólo[2] un indicio.

Mi deseo era encuestar a suficientes personas de Uruguay y la Argentina para poder comparar las respuestas de los judíos y los no judíos de cada país. ¿Pero cuántos encuestados son suficientes? En realidad, nunca he sabido la respuesta a este interrogante y siempre he recogido datos de todas las personas que tuvieran la amabilidad de responder a mis consultas, por lo que mis estudios abarcan a veces más encuestados y a veces, menos. Tampoco he entendido, para este tipo de investigación, qué implicaría tener una muestra “representativa” y hasta la fecha nadie ha logrado explicármelo satisfactoriamente. En esta investigación he optado por una metodología cualitativa, en cuanto que no he procurado la representatividad estadística, sino el estudio pormenorizado del fenómeno a través de los testimonios.

En este trabajo, los testimonios primarios, es decir, las afirmaciones que recibí directamente de parte de los encuestados, aparecen con una letra más grande. En cambio, los testimonios secundarios, o sea, los de otras personas que los propios encuestados citaron o resumieron, aparecen con una sangría más grande y una letra más pequeña. Sin embargo, cuando los testimonios primarios y secundarios se entremezclan en los relatos, a veces resulta algo difícil desentrañarlos. En esos casos, si bien intento separar lo primario de lo secundario, no siempre lo logro cabalmente.

Por fortuna, muchos de los hablantes de Uruguay y la Argentina con los que me comuniqué respondieron expresando su opinión e indicando su experiencia con respecto a la pronunciación y grafía de este topónimo. De las 88 personas primarias que participaron en el estudio, 26 son de Uruguay y 62, de la Argentina. Aunque no se haya analizado la variable del sexo de las personas encuestadas, la gran mayoría son mujeres: 21/26, o el 81%, de las personas de Uruguay; y 51/62, o el 82%, de las de la Argentina. A continuación se presenta un desglose de estos y otros datos sobre los participantes primarios:

Participantes primarios de Uruguay: 26

Uruguayas: 21 (81%)
Uruguayos: 5 (19%)
Profesionales de la traducción o la interpretación: 26 (100%)
Profesionales de otras profesiones: 0 (0%)
Personas que traducen de lenguas europeas (del alemán, francés, inglés, italiano o
portugués) al español: 23 (88%)
Personas que traducen del hebreo al español: 3 (12%)
Personas no judías: 21 (81%)
Personas judías: 5 (19%)
Personas que viven en la ciudad capital (Montevideo): 22 (85%)
Personas que viven en otras ciudades: 4 (15%)

Participantes primarios de la Argentina: 62

Argentinas: 51 (82%)
Argentinos: 11 (18%)
Profesionales de la traducción o la interpretación: 58 (94%)
Profesionales de otras profesiones: 4 (6%)
Personas que traducen de lenguas europeas (del alemán, francés, inglés, italiano o
portugués) al español: 52 (84%)
Personas que traducen del hebreo al español: 6 (10%)
Personas no judías: 47 (76%)
Personas judías: 15 (24%)
Personas que viven en la ciudad capital (Ciudad de Buenos Aires): 34 (55%)
Personas que viven en otras ciudades: 28 (45%)

Los testimonios de los informantes primarios se han dividido en las siguientes cuatro categorías:

  1. Uruguayos no judíos.
  2. Uruguayos judíos.
  3. Argentinos no judíos.
  4. Argentinos judíos.

Cada uno de estos grupos se ha dividido, a su vez, en las siguientes tres subcategorías:

  1. Personas que dijeron usar Jerusalem.
  2. Personas que dijeron usar Jerusalén.
  3. Personas que indicaron o aceptaron ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén, o cuya preferencia no quedó clara.

Cabe señalar que la categorización de los encuestados en judíos y no judíos se hizo con base en pruebas indirectas o circunstanciales: no les pregunté si eran o no eran judíos (cosa que me hubiera resultado una falta de tino de mi parte), sino que los únicos indicios de que me valía para intentar distinguir entre judíos y no judíos eran el contenido de los testimonios y los apellidos.

Volviendo a las características de las personas encuestadas, otro dato importante que falta es su edad. No les solicité esta información por temor a incomodarlas; ni siquiera quise preguntarles su segmento etario (por ejemplo, entre 21 y 30, entre 31 y 40, entre 41 y 50, etc.). Averiguar en qué medida la edad de los encuestados, así como su sexo y otros descriptores, pudieran condicionar su perspectiva sobre la cuestión Jerusalem-Jerusalén, y cómo estos factores pudieran afectar los resultados y las conclusiones, es una tarea que quedará pendiente para futuras investigaciones. De igual manera, queda por indagar el comportamiento de la variación en otros países de habla hispana, fuera del Río de la Plata, y entre grupos de hablantes que no sean traductores. Este estudio es sólo un punto de partida.

Se presenta a los informantes primarios divididos en cuatro categorías: 1a) uruguayos no judíos; 1b) uruguayos judíos; 2a) argentinos no judíos; y 2b) argentinos judíos. Como se mencionó anteriormente, su categorización en judíos o no judíos se hizo sobre la base de una combinación de dos tipos de pruebas circunstanciales: el contenido de sus testimonios y sus apellidos.

Se desprende de esto que dicha categorización quizás no corresponda a la identidad que algunos informantes se atribuyen. También es cierto que pertenecer o no a una religión, o a cualquier identidad social, muchas veces no es una cuestión binaria —“soy católico, evangélico, judío, etc.” o “no, no lo soy”—, sino que a menudo hay en esto mucho de matices y áreas grises: “Bueno, verás, pues, mi madre…, pero me mandaron a una escuela… y luego…”. Considérese, por ejemplo, el siguiente testimonio de una persona a quien decidí eliminar del elenco de los informantes argentinos, pero cuyas palabras he retenido aquí en la parte introductoria para demostrar cuán complicada o espinosa puede ser la categorización de las personas en judías y no judías:

Qué buena pregunta la tuya. La misma me motivó a hacer un poco de research entre mis familiares, conocidos e internet. No sé si tiene mucho que ver cómo lo escribe cada grupo, sino que en Argentina se dice y escribe indistintamente con m o n, sin tener en cuenta que la manera correcta es la que tiene la m al final porque viene del hebreo. No creo que haya pautas o tendencias al respecto, creo que pasa más bien por una cuestión de ignorancia de no saber que se escribe con m. Soy argentina no judía, pero estuve casada 28 años con un judío sefardí y mi papá está casado hace 20 años con una judía askenazi; con lo cual creo que a esta altura soy más judía que católica.

Decidí no tener en cuenta su testimonio para los fines del estudio porque era muy difícil catalogarla.

A continuación se presentan los testimonios de los encuestados, recogidos entre octubre de 2017 y febrero de 2018, para que podamos “escuchar”, en sus propias palabras, lo que opinan sobre el tema Jerusalem versus Jerusalén. De vez en cuando se van un poco por las ramas y tocan temas afines. Puesto que algunos escribieron sus testimonios un poco a la carrera y algo espontáneamente, no debemos esperar que su redacción sea siempre muy esmerada, completamente coherente ni gramaticalmente correcta. Además, como muchos profesionales de la escritura saben —y otros tantos se niegan a aceptar—, el uso “correcto” de las comas y los puntos y coma es, a menudo, subjetivo y, entre personas cultas, sujeto a diferencias de opinión.

Aunque no he escrito los testimonios entre comillas, estos son citas textuales de los mensajes de correo electrónico que me llegaron. Al no escribirlos entre comillas, también evito la cuestión espinosa de si las comillas de cierre deberían escribirse antes o después del último punto en el caso de las citas que constan de varias oraciones, tema ortotipográfico que las autoridades de la lengua no han logrado resolver a satisfacción de muchos escritores. En unos pocos casos, cuando la sintaxis o el sentido de los testimonios se desmoronan más de la cuenta, he agregado palabras entre corchetes, a fin de aclarar lo que, a mi entender, la persona encuestada quiso decir.

 

LOS TESTIMONIOS

Testimonios de los uruguayos no judíos

 Los uruguayos no judíos que dijeron usar Jerusalem (3 de los 21 uruguayos no judíos)

 

La verdad, siempre usé Jerusalem y nunca ni se me pasó por la cabeza usar Jerusalén. Déjame consultar con mis colegas en Facebook y te cuento. No soy judía, pero tengo raíces judías. Sin embargo, mi ancestro judío no hablaba español, así que no creo que haya tenido una influencia. Más bien, estoy de acuerdo con una amiga que comentó que para ella el “nombre propio” era Jerusalem y que en los últimos años ha habido una tendencia a “españolizarlo”. Y te voy a complicar más las cosas: tengo una Biblia (Nuevo Testamento) de 1930 aprox., que dice Jerusalém (con tilde y –m), pero la que usaban mis hijos en la escuela dice Jerusalén. Creo que tanto judíos como cristianos lo escriben como lo vieron escrito en su comunidad religiosa, y el uso va acompañado de cuánto se actualice esa comunidad.

 

Nunca he visto en Uruguay usar el término con la grafía Jerusalén sino siempre Jerusalem. Soy uruguaya no judía, pero como probablemente sabes la comunidad judía, sobre todo en la capital Montevideo, es de gran tamaño y muy activa en esta comunidad. Lo que quiero decir es que Montevideo es una ciudad pequeña y la comunidad judía está presente y es muy activa en todos los aspectos de la sociedad. Sí hay muchos traductores de origen judío, y es igual en todas las áreas de la cultura, la prensa, los negocios, etc.

 

Personalmente, yo digo Jerusalem; pero también he escuchado decir Jerusalén, pero no es una palabra que se diga o escuche con frecuencia. Además, no tengo muchos amigos o conocidos judíos, y con los que tengo no he tenido oportunidad de mencionar o prestar atención a cómo se refieren a esta ciudad.

 

Los uruguayos no judíos que dijeron usar Jerusalén (17 de los 21 uruguayos no judíos)

 

Solo lo he visto escrito Jerusalén.

 

En lo que a mí respecta siempre lo vi escrito y lo oí en lenguaje hablado con n, Jerusalén.

 

En Uruguay decimos Jerusalén, nunca he escuchado decir Jerusalem.

 

Me resulta curiosa tu duda, porque jamás se me ocurriría decir o escribir Jerusalem en español, no lo registra así la Real Academia Española y nunca oí otra cosa que Jerusalén cuando se menciona el nombre de la ciudad santa en esta lengua. Ignoro en lo que refiere a la colectividad judía en mi país, pero cualquier otra grafía o pronunciación seguramente es una deformación lingüística.

 

Hasta donde yo tengo conocimiento, aquí todos decimos Jerusalén. Lo he visto en prensa escrita y en los gráficos en pantalla de los noticieros de la televisión. Tampoco he detectado en el habla que se haga alguna distinción. Puede ser que mi conocimiento esté limitado porque no tengo amigos ni conocidos de religión judía en mi círculo. Quizá en entornos religiosos se habla distinto. No lo sabría, sinceramente.

 

La verdad es que no es algo que me he planteado y si bien creo que ya que en español existe Jerusalén y por lo tanto es el que se debería usar, amplié la consulta al grupo de traductorado de la Universidad de la República y al Colegio [de Traductores Públicos del Uruguay] a ver si tienen algún estudio al respecto de su uso en Uruguay. Apenas tenga una respuesta más contundente te escribo nuevamente… Te mando las respuestas que me hicieron llegar los colegas de Uruguay:

En español es Jerusalén. Supongo que la mayoría de la gente lo dice así. Pero supongo que muchos judíos, le digan así [Jerusalem], que es más similar al hebreo. También los que hablen inglés… Yo, la verdad, le decía Jerusalem y no me había dado cuenta. Las noticias de medios uruguayos usan Jerusalén, pero si consultas páginas sionistas lo escriben con m.

Lo que puedo aportar es que en la colectividad[3] en general se dice Ierushaláim que es la voz hebrea. Los que dicen Jerusalem, creo yo, lo hacen por la influencia del inglés y por repetición porque no saben que lo correcto en español es Jerusalén. Al menos, eso es lo que averigüé. Justo hace poco tuvimos un intercambio de ideas al respecto con otros docentes en una institución judía.

En el foro se siguió discutiendo el tema y el consenso fue más o menos el mismo. En una traducción profesional al español utilizamos Jerusalén. En caso de que no sean profesionales del idioma se puede ver escrito Jerusalem, en especial si la fuente es judía o relacionado. Es posible que personas jóvenes que hayan viajado digan Jerusalem pero por la influencia del inglés.

 

Con respecto a tu pregunta, acá todo el mundo dice Jerusalén; nadie dice Jerusalem, que yo sepa o recuerde.

 

Lo correcto en la traducción en español en un documento sería Jerusalén, con n y tilde. En general la gente que dice Jerusalem, serían los judíos, uruguayos o no. No soy experta en el tema de lo que los judíos consideran correcto, solo[4] traductora recibida y lo que acepta la Real Academia Española, por la cual nos regimos al traducir textos al español correcto, sería traducirlo Jerusalén. Espero haberte sido de ayuda… no sé a quién está dirigido el texto que necesitas traducir.

 

Por lo general se escribe Jerusalén; Jerusalem es considerada una falta de ortografía.

 

No tengo información definitiva al respecto, pero creo que en Uruguay, salvo algún extranjero, se habla de Jerusalén.

 

En mi experiencia local en Uruguay, te diría que la forma común de uso de este vocablo es Jerusalén. Ignoro si en el ambiente de la comunidad judía uruguaya en cambio usan Jerusalem, pero trataré de averiguarlo…

Confirmé con colegas que Jerusalén es la manera adecuada de llamar en idioma español a la Ciudad Santa, mientras que Jerusalem lo es en idioma inglés.

 

No tengo idea. No suelo tener conversaciones que incluyan a Jerusalem/Jerusalén y no sabría decirte cómo lo usa la mayoría de la gente. La prensa usa Jerusalén, yo también lo escribo así, es todo lo que te puedo decir. ¡Suerte!​

 

La verdad es que no recuerdo haber visto en Uruguay la palabra escrita como Jerusalem en ninguna parte, salvo cuando forma parte del nombre de un medio de prensa (The Jerusalem Post) o premio (Premio Jerusalem), etc. Lamento no poder aportarte más información.

 

Acá decimos Jerusalén. Nunca escuché a nadie decir o escribir Jerusalem.

 

Aquí se dice Jerusalén, pero en la colectividad judía se usa muchas veces Jerusalem.[5]

 

A grandes rasgos, aquí la gente dice Jerusalén y así lo escriben. Tanto yo como mi hija adolescente fuimos educadas en colegio jesuita y siempre que escuchamos o leímos acerca de dicha ciudad en contexto religioso, hablábamos de Jerusalén. Así aparece también en las Biblias que solemos utilizar. Como nuestro país es pequeño, tiene pocos habitantes y la religión es mayoritariamente cristiana y sobre todo católica, no tengo relación cercana con judíos. Es una comunidad pequeña y muy querida en Uruguay pero no tengo amigos a quienes consultar a este respecto. Insisto en que la grafía habitual entre la población general es Jerusalén.

 

Mira, generalmente se utiliza Jerusalén. Quienes pueden acostumbrar a decir o escribir Jerusalem son los miembros de la colectividad judía, independientemente de su edad.

Sin ir más lejos, consulté con alguien que pertenece a la colectividad y me ha dicho que tanto ella como los demás del entorno dicen Jerusalem, y reconoce que puede deberse a la influencia del hebreo y del inglés, aunque en el país se utilice la otra alternativa.

Yo te diría que, si estás traduciendo, tengas muy presente a quién va dirigido el texto. Si es para la comunidad específica, podrías utilizar Jerusalem; de todos modos, recuerda que los macrotopónimos se adaptan a la grafía de la lengua meta. Puedes consultar a Martínez de Sousa para más detalles sobre esto: Martínez de Sousa, José. (2004) “La traducción y sus trampas”. Panacea, 5:16.[6]

 

Persona no judía de Uruguay que indicó o aceptó ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén, o cuya preferencia no quedó clara (1 de los 21 uruguayos no judíos)

 

Lamentablemente, no creo poder ser de mucha ayuda, porque no sé si existe alguna tendencia en particular entre los grupos que mencionas, respecto a cómo escribir esta palabra. Yo creo que en Uruguay alternan ambos tipos de escritura, pero no sé si hay algún grupo que se incline más por una forma u otra.

 

Testimonios de los uruguayos judíos

 Las uruguayas judías que dijeron usar Jerusalem (2 de los 5 uruguayos judíos)

 

En cuanto a tu pregunta, un poco instintivamente te diría que los judíos o quienes tenemos fuertes vínculos con el judaísmo (como yo, que soy nieta de un rabino), y también los sectores de la población más cultos, paradójicamente tendemos a decir Jerusalem. Nos suena más natural. Espero te sirva mi comentario basado exclusivamente en mi experiencia como uruguaya.

 

En mi experiencia puedo decir que la mayoría de los judíos sin diferenciar entre jóvenes o adultos, utilizan la palabra Jerusalem en su expresión oral, no siendo así en la escrita ya que inmediatamente el corrector de Word marca como falta de ortografía la utilización de la letra m al final de la palabra. En mi opinión quienes saben o manejan conocimientos tanto de hebreo como de religión judía utilizan el término, a mi entender, de manera correcta, que es con m al final. Al mismo tiempo, la población uruguaya gentil[7], utiliza la palabra Jerusalén, sin excepciones de edad. Yo, como traductora, me adhiero, un tanto a mi pesar, a las pautas del idioma español en mis trabajos. Le comparto una anécdota personal que viene al caso. Mi hijo mayor, Jaim, es nacido en Jerusalém[8] y en su documento de identidad decía tal cual: Jerusalén. Pero en su partida de nacimiento traducida decía Jerusalem. Al realizar el trámite para el pasaporte, el oficial entendió, para nuestra total sorpresa, que no estamos hablando del mismo lugar y demandó la unificación de criterios para la documentación, por lo que actualmente en ambos y también en su pasaporte dice Jersualén. Espero haber colaborado con su consulta y quedo a las órdenes por cualquier otra.

 

Los uruguayos judíos que dijeron usar Jerusalén (0 de los 5 uruguayos judíos)

Ninguna de las personas entrevistadas pertenecientes a este grupo respondió Jerusalén[9].

 

Los uruguayos judíos que indicaron o aceptaron ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén, o cuya preferencia no quedó clara (3 de los 5 uruguayos judíos)

 

En general los miembros de la comunidad judía uruguaya, jóvenes y adultos por igual, tienden a escribir Jerusalem. En las crónicas no judías y traducciones oficiales locales lo escriben con ene al final.

 

Por un lado, la m al final viene del inglés y en español las palabras terminan en n, así que lo correcto en español es Jerusalén, más allá que en lo diario se usen ambas. Además, a las personas judías y/o familiarizadas con la religión judía y el hebreo les resulta más fácil decir Jerusalem (en hebreo, Yerushalaim). Pasa con muchas palabras del hebreo que terminan con m, además de que el plural masculino en hebreo termina con m. Espero esto ayude. ¡A las órdenes!

 

La verdad, no tengo información muy técnica que digamos, pero de lo que conozco por mi experiencia, la gente que dice Jerusalem es quien lo dice como en hebreo, ya que así es como se dice. Por esto, quienes tienen contacto con el hebreo, ya sea porque lo hablan, lo escuchan o pertenecen tanto a los colegios judíos, grupos sociales, templos y demás, dicen Jerusalem, mientras que el resto lo dice como en español, Jerusalén. Eso creo…

 

Testimonios de los argentinos no judíos

Los argentinos no judíos que dijeron usar Jerusalem (3 de los 47 argentinos no judíos)

 

Yo siempre dije Jerusalem, y no recuerdo haber escuchado a nadie decir Jerusalén. No te puedo dar datos concretos, quizás puedas visitar los sitios web de distintos periódicos como Clarín, La Nación, Página 12, etc. para ver cómo escriben dicha palabra[10].

 

Me has hecho pensar. Personalmente, yo hubiera escrito Jerusalem pero veo que la RAE sugiere Jerusalén. Creo que la decisión por una forma u otra puede estar relacionada principalmente con la formación religiosa que cada persona tenga; no necesariamente judía. En el catolicismo, como es mi caso, se suele pronunciar con m. Aunque seguramente la comunidad judía prefiera el uso de la m por una cuestión de tradición y conservación de sus raíces. En cuanto al uso de Jerusalén, seguramente lo usen más las comunidades con poca formación religiosa o las más jóvenes. Pero estas son sólo conjeturas mías. Espero que te sirva de algo.

 

Muy interesante tu pregunta. Verdaderamente, siendo de edad intermedia y no judía, instintivamente me inclino por Jerusalem y no por Jerusalén. Me temo que no tengo información lingüística válida al respecto, pero puedo hacer un poco de investigación entre mis colegas cercanos y gente no colega, de ascendencia judía y no judía. Tal vez podamos sacar alguna conclusión. Te tendré al tanto…

He estado averiguando sobre el tema particular que planteaste y mis resultados son los siguientes: De 4 personas, 2 de ellas argentinos judíos y 2 de ellas argentinos no judíos, 3 (las dos personas de origen judío y una de las de origen no judío) contestaron instintivamente Jerusalén. La cuarta persona, traductora como nosotros y que, pese a que no es de origen judío, está inserta en la familia judía de su esposo, dudó y consultó y, tras su consulta, respondió también Jerusalén.

La única persona que instintivamente eligió Jerusalem fui yo, supongo que por influencia del inglés. Espero te sirva para tu investigación.

 

Argentinos no judíos que dijeron usar Jerusalén (43 de los 47 argentinos no judíos)

 

Para serte honesto, no he escuchado ni leído demasiado la palabra Jerusalem. En mis interacciones en ámbitos cristianos y judíos mesiánicos, Jerusalén era el término de elección. No he interactuado demasiado con judíos ortodoxos, a decir verdad. A menos que sea una expresión habitual en círculos religiosos cerrados, creo que Jerusalem no se usa en absoluto.

 

Mi impresión es que, en la Argentina, la forma Jerusalén es especialmente corriente entre profesionales universitarios (sobre todo de áreas como ciencias sociales o relaciones internacionales), cualquiera sea su edad. También lo es en los medios de prensa y las obras literarias que observan las normas de la RAE en cuanto a topónimos y gentilicios (si no todas, la mayoría; hay diarios que escriben Jerusalén pero también Bangladesh). En el medio oral, no siempre es fácil discriminar si el que habla pronuncia el final con n o con m, pero también tengo la impresión de que la segunda forma es más corriente. No podría hacer una distinción entre judíos argentinos o no argentinos. En suma, la forma Jerusalén me parece más arraigada entre quienes tienen una formación profesional universitaria en las áreas que te mencioné y entre aquellas personas que, por convicción o por obligación, siguen los dictados de la “norma culta” de la RAE.

 

Yo no soy judía, por mi parte no tengo mucho para decirte. Mi primer reflejo es decirte que en Argentina usamos Jerusalén; sin embargo, luego de consultar a algunos conocidos me dicen que gente de la colectividad también usa Jerusalem. Es por eso que, antes de darte una respuesta definitiva, hoy voy a consultarle a una rabina y a un joven de la colectividad que conozco por medio de otras personas a fin de que puedan darme una idea más acabada del uso de la palabra en su propio contexto. Te escribiré apenas tenga novedades…

Un conocido rabino que además es escritor [la informante primaria incluye los nombres y apellidos del informante secundario entre paréntesis] me comentó que él prefiere usar la palabra tal como se escribe en español, Jerusalén, porque es su versión aceptada en español y como escritor cree que así debe usarse; sin embargo, me explicó que en el ámbito comunitario judío es muy común que lo escriban como Jerusalem aunque no está muy seguro de por qué. Consulté también a otra persona muy cercana a la colectividad y me dijo algo similar, también agregó que en el ámbito judío usan Jerusalem porque la palabra termina con m, en una especie de intento de no alejarse de la tipografía original de la palabra en hebreo que también termina con m, Yerushaláyim.

Podría decirse, según lo antedicho, que la tipografía en inglés se utiliza mayormente en los ámbitos internos de la comunidad judía y netamente en contextos religiosos.

 

Siempre lo vi escrito como Jerusalén; desconozco si alguien lo escribe de la otra manera. Pero hay en Facebook un grupo llamado “Diferencias léxicas en Hispanoamérica y España”, quizás allí te puedan dar alguna idea.

 

En Argentina, al menos en el habla cotidiana y en los periódicos, he visto únicamente Jerusalén. Tal vez dentro de círculos judíos se hable de Jerusalem, pero no podría afirmarlo con seguridad.

 

Desconozco si existe en Argentina alguna diferenciación etaria o teológica. Deberías consultar con terminólogos especializados en la materia. En mi opinión, la gran mayoría utiliza el término con n, porque así está en los diccionarios y se ha impartido desde la enseñanza académica inicial como Jerusalén. Si existiera una diferencia teológica, deberías consultarlo con profesionales de dicha religión. Al estar alejada de dicha institución, no podría ayudarte.

 

Jerusalén es la variante más difundida en textos generales, en los medios y entre las personas que conozco, que no pertenecen a la colectividad judía. Es la versión que se aprende en la escuela, dado que es la forma aceptada en español.

Para profundizar un poquito la búsqueda, le pregunté a mi sobrina de 17 años que va a una escuela judía cuál era su percepción y me dijo que escuchó las dos versiones pero que en chicos de la edad de ella es más común la variante Jerusalem, ella supone que sucede porque la toman del hebreo Ierushalaim.

Yo no soy judía y mi sobrina tampoco, es una escuela judía que tiene muy buen nivel académico, por eso la eligieron los padres para ella. Mirando un poquito en Google, pareciera que en los escritos publicados por rabinos o personas de la colectividad, hay una cierta preferencia por Jerusalem en Argentina. Por supuesto, es mi apreciación, no es para nada científica.

 

No sé en cuanto a los jóvenes y los judíos, pero quizás los que tienen inglés nativo escriban Jerusalem ya que así se escribe en inglés. Creo que los que solamente hablan español escriben Jerusalén.

 

A decir verdad, yo siempre lo veo escrito Jerusalén, en español. Nunca Jerusalem.

Consulté a una amiga de origen judío y me dijo que ella tiende a pronunciar Jerusalem pero siempre escribe Jerusalén.

¿Quizás salga más natural pronunciar la m? Si lo pienso, a mí me pasa lo mismo.

Mi amiga no notó ningún patrón en su entorno respecto a la pronunciación, como sí lo hay con la pronunciación de Israel, que suele ser más marcada en judíos más ortodoxos.

 

En mi experiencia, nadie en la Argentina escribe Jerusalem. Se me ocurre que quizá pueda utilizarse en el seno de la comunidad judía (en la que mis amigos, por ejemplo, pronuncian Israel de manera distinta de cómo se pronuncia fuera de la comunidad), pero no he visto nunca Jerusalem escrito.

 

En mi opinión, es algo simple. Jerusalem es en inglés y Jerusalén, en español. Nunca observé que en Argentina se use el nombre en inglés y en todo caso si se usara sería un anglicismo.

 

La verdad es que me es imposible contestarte esta consulta. Como primera aproximación te puedo decir que no escuché a nadie acá en Argentina decir Jerusalem, el término para nosotros es Jerusalén.

 

En Argentina, lo correcto es decir Jerusalén. Desconozco si en la jerga judía ortodoxa se deja el nombre en otro idioma, pero en la generalidad de los casos se traduce del modo en que te indicaba.

 

Jerusalén es como yo lo usaría en castellano. Jerusalem creo que es en portugués.

 

No sabría decirte las tendencias aquí en Argentina. Sólo sé que la Real Academia Española recomienda Jerusalén. Yo solamente pronunciaría y escribiría el nombre de esta ciudad con n (Jerusalén), ya que siempre se tiende a seguir las recomendaciones de la RAE.

 

Honestamente no he usado esta palabra con frecuencia porque no es algo que aparezca en los textos que suelo traducir (en su mayoría médicos), pero si tuviera que usarla definitivamente optaría por Jerusalén pues así aprendí que se usaba en español. No creo haber visto que se usara Jerusalem en los textos que suelo leer habitualmente (como por ejemplo periódicos y revistas) y considero que es la voz inglesa de Jerusalén. Igualmente, dado que se trata tan solo de mi humilde opinión, hice una búsqueda en la página de la Real Academia Española, que es la máxima autoridad en cuestiones lingüísticas. Pues bien, Jerusalem no arroja ningún resultado pero sí remite a Jerusalén, cruz de. Seguí investigando en el Diccionario panhispánico de dudas de la misma institución y me arrojó un resultado similar ya que remite a Jerusalén. Copio los textos a continuación[11] […] Es decir que la RAE desaconseja el uso de la variante Jerusalem.

 

Lamentablemente, no puedo ayudarte con esta consulta. No conozco. Yo escribiría Jerusalén. Hay una colonia que se denomina “Jerusalén Argentina”. Tienen un FB https://www.facebook.com/ lanuevajerusalen.argentina. Quizás ahí encuentres material. En el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires hay registrados traductores de hebreo. Quizás ellos puedan ser de más ayuda[12]. http://www.traductores.org.ar /buscar?filtro_idiomas=1&nombre=&de=11&a=52&ubicacion=3&zona=0

 

Lo correcto es Jerusalén, no estoy familiarizado con la tendencia entre los judíos en Argentina, pero supongo que quizás por la fonética original tiendan a pronunciar algo similar a Jerusalem. Espero haber sido de ayuda, en este caso elegiría Jerusalén para ir a lo seguro.

 

En mi experiencia, lo que se suele escribir en la Argentina contemporánea es Jerusalén (con tilde y con n), que es el uso del castellano, pero no quiero responderte apresuradamente sin investigar un poco el hecho de que haya gente que use Jerusalem por influencia de tradición religiosa o idioma extranjero. Por otra parte, no creo que se trate de una cuestión generacional el hecho de que se escriba de una u otra forma. Voy a intentar consultarlo con una colega judía e investigar un poco desde mi tradición cristiana protestante y con otra colega de tradición católica. Mi colega judía me respondió lo siguiente:

Con respecto a Jerusalén, nosotros los judíos decimos Jerusalem, con m y sin acento, los árabes dicen más Jerusalén y el corrector lo marca de esa manera.

[Lo anterior] coincide en lo que me dijo una amiga (protestante), que le parecía que el uso de Jerusalem era del Antiguo Testamento, lo cual explica lo que me dijo mi colega judía (y me “desburró”) sobre el uso de Jerusalem por parte de judíos y Jerusalén por parte de árabes (cuando yo pensaba que era siempre Jerusalén en castellano contemporáneo). Pero también recibí la siguiente opinión de parte de [da el nombre y apellido de un informante secundario] (Doctor en teología, lo podés encontrar en Google):

Jerusalem es en inglés, y escrito así en castellano es un error ortográfico. En castellano es Jerusalén, con ene y acento.

 

Mi limitada experiencia en el tema (no soy judía y no tengo contacto regular con judíos) me indica que Jerusalem no se utiliza aquí, a menos que estemos en un contexto bilingüe (ES EN). Decimos Jerusalén como decimos Londres o Nueva York. Disculpa el sabor a poco de mi ayuda.

 

Desde el punto de vista normativo, la RAE desaconseja el uso de Jerusalem y selecciona en cambio el término Jerusalén, dado que se adapta a la grafía y acentuación del español. Con respecto al uso, o “parole” desde la teoría de Saussure, veo que también los hablantes seleccionan el término Jerusalén, tanto de forma escrita como oral. Esta al menos es mi experiencia.

 

No creo que pueda serte de mucha ayuda en este tema. Yo creo que todo el mundo dice Jerusalén, que es como se escribe en español. Siempre están los que no saben bien cómo se escribe y no consultan, pero en español es de esa sola manera.

 

Para serte totalmente sincera, no tengo mucha información sobre este tema. Lo único que te puedo decir es que creo que la mayoría de la gente usa Jerusalén. En los medios escritos también se usa de esa manera. No recuerdo haber escuchado Jerusalem, pero lo cierto es que nuestra pronunciación es bastante poco clara y resulta difícil distinguir entre una n y una m en el lenguaje hablado.

 

Con respecto a tu consulta, en general, en el entorno en el que me muevo, se usa Jerusalén. Creo que no soy una referente para darte un feedback de peso con este término, porque no estoy tan expuesta a él. Quizás puedas encontrar alguna punta para tu investigación a través de organizaciones de la comunidad judía en Argentina como AMIA [Asociación Mutual Israelita Argentina] o DAIA [Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas]. Quizás otra punta esté en la Academia Argentina de Letras.

 

Mi reacción espontánea es Jerusalén. He trabajado bastante con la comunidad judía y tiendo a pensar que Jerusalén es la más usada. Puedo mandar una consulta con gusto para poder detectar si hay diferencias entre grupos. Sin embargo, para esto te pediría un poco de tiempo porque en este momento estoy con mi mamá enferma. Si no tenés urgencia lo investigo y te informo. Voy a mandar tu consulta a judíos y no judíos de distintas edades y también preguntando si conocen Jerusalén. Yo no por cierto y está en mi lista de pendientes…

Hasta ahora lo que he hecho es pedir a distintas personas que me escriban el nombre de dos ciudades de Israel, y para mi gran sorpresa hasta ahora todas han escrito Jerusalem. Esta semana viajo a Salta, allí voy a estar expuesta a participantes de distintas provincias y me gustaría ver si se confirma mi expectativa de que escriban Jerusalén. También puedo pedir a alguna persona en una tienda o alguien ajeno al congreso para ver qué contestan. Hasta ahora tengo: [primer nombre] Leibaschoff[13] (familia judía pero no practicante), nunca viajó a Israel; [primer nombre] Waisman (familia judía, no practicante), vivió en Israel y tiene familiares en Israel; [primer nombre] Limardo (no judía), nunca estuvo en Israel; [primer nombre] Martínez Herrera (no judío), nunca estuvo en Israel. [primer nombre] Martínez Herrera (no judía), nunca estuvo en Israel; [primer nombre] Contino (no judío), nunca estuvo en Israel. Todos los que figuran en la lista escribieron Jerusalem. Ahora yo pensaba continuar con las siguientes preguntas: 1. ¿Conoces alguna otra forma de llamar a la ciudad de Jerusalem? 2. ¿Conoces a alguien que use esta otra forma de llamar a Jerusalem? 3. ¿Has visitado Israel? (Esto para confirmarlo por escrito aunque ya se lo pregunté).

No sé si te parece hacer alguna otra pregunta. Acá no es muy frecuente ni muy bien visto preguntar si sos judío, del mismo modo que si bien en Estados Unidos es frecuente que en las encuestas te pregunten tu raza, aquí ni se nos ocurriría. Bueno, espero tus comentarios y continúo con las preguntas en Salta. En Entre Ríos dos personas me dijeron Jerusalén, pero no las incluí porque no tienen email y no les puedo mandar el cuestionario.

 

La verdad es que aquí es mucho más común Jerusalén que Jerusalem, pero la segmentación que me pides, no tengo la menor idea de quiénes eligen una opción u otra, ni de qué depende. Sorry!

 

En cuanto a tu consulta, la forma correcta de escribir el nombre geográfico es una sola: Jerusalén. Es cierto que quizá, en lenguaje hablado, escuches Jerusalem, pero no es la forma correcta. Jerusalem sería un anglicismo que se debería evitar. Por otra parte, las normas ISO establecen pautas para las denominaciones de lugares geográficas aplicables a cada idioma que van más allá del grupo etario, raza o religión. Y los nombres geográficos en español siguen las normas ISO como casi todos los países occidentales.

 

Solamente lo he visto como Jerusalén. Desde la escuela primaria de monjas que no lo veo más… así que no te sabría decir si otros lo escriben de otra forma. ¿Has investigado distintas ediciones de la Biblia? Varían con los países y tal vez vaya por ahí el tema.

 

Estuve pensando en tus preguntas un poco antes de responderte. Honestamente, los no judíos no escribimos con frecuencia la palabra Jerusalén como para poder notar cómo la escribimos. Me sorprende sí que incluyas entre las opciones de escritura Jerusalem, ya que considero que en Argentina solo se usa Jerusalén que es la única correcta en español hasta donde sé. Desconozco si hay tendencias de uso entre los judíos porque es un mundo que me es totalmente ajeno, pero supongo que solo se usa la palabra en español (Jerusalén). Es decir, no veo por qué se usaría en mi país la palabra en inglés. Te sugiero que te comuniques con la comunidad judía de mi ciudad (http://kehilacordoba.org). Tal vez te respondan o puedas acceder allí a material escrito para chequear tu duda puntual. Disculpame por no poder ayudarte más. Muchos saludos y suerte en tu investigación [14].

 

Sabés que no tengo idea, pero voy a investigar un poco y te cuento… Ya recibí varias respuestas. Van textuales, y vos harás la depuración correspondiente. Si recibo más, te las mando[15].

Es Jerusalén. En hebreo es Ieruhalaim. Los que dicen Jerusalém somos los argentinos que metemos la m final cuando no corresponde y no la ponemos cuando debemos (por ejemplo en vez de decir shalom decimos shalon) que se responde con un: —Argentino, ¿no? (Argentina que vive en Israel).

Yo escribo Jerusalén. La Nación y Clarín también. El DRAE usa Jerusalén. No sé cómo lo escriben los judíos argentinos, los jóvenes o los mayores, ¿no deberían escribirlo igual ya que está en castellano? (Argentino que vive en Argentina).

 

Mira, no recuerdo conocer a ningún argentino que escriba Jerusalem, que es la transliteración más antigua. Un detalle que me consta [es que] la versión Reina-Valera[16] 1909 registra la forma Jerusalem, tanto en el Antiguo Testamento, ej., Josué 10:1: “Y COMO Adonisedec rey de Jerusalem oyó que Josué había…” (http://www.intratext.com/IXT/ESL0021/_ P5H.HTM)… como en el Nuevo Testamento, ej., Juan 1:19: “Y éste es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron de Jerusalem sacerdotes y Levitas, que le preguntasen…” (http://www.intratext.com/IXT/ESL0021/_PRQ.HTM). Las revisiones posteriores de Reina-Valera (1960 en adelante) utilizan la forma Jerusalén. Sí me consta haberla oído pronunciar Jerusalem, con eme al final, entre judíos jóvenes y adultos que han vivido en Israel o que se mantienen en contacto con parientes o amigos allá. Pero reitero que, aunque hay una probabilidad de que así la escriban, no me consta cómo lo hacen. Aquí, la norma general es Jerusalén, con acento y ene, en la conversación, la escuela, el mundo del espectáculo, los medios periodísticos e incluso las versiones más contemporáneas de la Biblia en español.

 

Sinceramente, no lo sé con certeza, pero puedo averiguar y confirmar. En principio, te diría que siempre he escuchado Jerusalén, fui a un colegio católico y siempre lo leí y escribí de esa manera. También tengo amigos en la colectividad, les voy a preguntar a ellos y haré la pregunta a amigos y conocidos.

Incluyéndome, somos seis que respondimos. Tres personas de este grupo de seis pertenecen a la colectividad israelita, una de las chicas tiene entre 40 y 50 años y la otra, aprox. 35 años. La chica de entre 40 y 50, dice Jerusalem, mientras que la chica de aprox. 35, dice Jerusalén. De las tres personas que no pertenecemos a la colectividad, decimos Jerusalén. Tuve oportunidad de hablar finalmente con mi amigo que vive en Israel, pues el 3 de enero fue mi cumple y me saludó, en la charla, me confirmó que dice Jerusalem. O sea, con este muchacho, respondimos 6 personas. Decime si ahora queda más claro.

 

Siempre usé, oí y leí Jerusalén, pero por las dudas hice una consulta rápida entre amigos judíos y no judíos.

Los últimos coincidieron todos en Jerusalén. Entre los judíos, la mayoría dijo también Jerusalén. Una traductora amiga que es judía y muy conectada a la comunidad judía de Buenos Aires me dijo que todos usan Jerusalén, excepto los religiosos que lo dicen en hebreo, Ierushalaim. Pero según una judía menor de 30 años y de otra región de la Argentina, usan Jerusalem (el problema aquí es que no sé si [tiene que ver con] la comunidad judía de otra provincia o [si es] una cuestión de edad). Pero mirá también en este sitio de argentinos que usan Jerusalem, http://www.huji.org.ar [HUJI es la abreviatura de la Hebrew University of Jerusalem; en hebreo, האוניברסיטה העברית בירושלים, Ha-Universita ha-Ivrit bi-Yerushalayim; y en árabe, الجامعة العبرية في القدس‎, Al-Jami’ah al-Ibriyyah fi al-Quds].

Yo creo que es ampliamente mayoritario el uso de Jerusalén en la Argentina, como puedes ver en los diarios. Pero se pueden encontrar diferencias en la comunidad judía, que aquí es muy variada, algunos son practicantes y otros, no; algunos mandan a sus hijos a estudiar o especializarse, incluso a trabajar un tiempo a Israel, y otros, no.

 

Me sorprende tu pregunta. Y traté de pensar, sin mucho éxito. Intentaré averiguar un poco para contestarte. Yo en castellano escribo Jerusalén.

 

En una miniencuesta realizada en mi familia, los resultados están divididos.

Los dos adultos cincuentones con educación pública, familias católicas o católicas devenidas ateas, escribimos Jerusalén. Para mis dos hijos veinteañeros que estudiaron en escuela judía es Jerusalem.

Yo estoy casi segura de que ese patrón se repetirá conforme a la religión o educación de la persona. En general, los argentinos no pronunciamos la /m/ en posición final (la transformamos sistemáticamente en /n/), razón por la cual no se nos ocurriría pensar que la palabra pueda escribirse con eme: será, entonces, Jerusalén, con tilde como corresponde a cualquier palabra aguda terminada en ene, como la aprendimos en la escuela o la vimos escrita en la Biblia.

En la escuela judía (ORT[17]), mis hijos aprendieron otra pronunciación (supongo que más similar al hebreo) y dicen Is/r/ael, con una ere suave, y Jerusalem.

Como la pregunta me pareció muy interesante, la publiqué en un foro de Facebook destinado a intercambios de todo tipo. Cuando tenga algunos resultados, los compartiré contigo… Adjunto archivo con las respuestas obtenidas del grupo Agenda Amiga en Facebook. Verás que quienes no tienen apellido que suene a judío me aseguran que es Jerusalén. El resto, quizás por conocimiento de hebreo o por influencia familiar, opina que se escribe Jerusalem. Como te decía antes, mis hijos no son judíos pero sí fueron a escuela judía, con materias como hebreo y formación judaica, y ellos no dudan en escribir Jerusalem, en tanto que para mi suegra, cristiana apostólica romana que va a la iglesia todos los domingos, es Jerusalén. Sospecho que los hispanoparlantes que no somos judíos o no conocemos hebreo estamos “incapacitados” de pronunciar una /m/ en posición final (en definitiva, no nos cambia [el] significado) y siempre la pronunciaremos como /n/. Creo que de allí vendría la diferencia.

Encuestada primaria: ¿Jerusalén o Jerusalem? ¿Cómo la escriben ustedes? Es para una investigación lingüística. Mil gracias.
Trujillo: Jerusalén.
Tan: En hebreo se dice Yerusalaim, es decir con m al final. Y se escribe así:ירושלים  (se lee de derecha a izquierda).
Encuestada primaria: ¿Vos cómo la escribís en español? ¿Hablás hebreo o fuiste a escuela judía?
Tan: Jerusalem, hablo y escribo hebreo.
Encuestada primaria: Mil gracias.
Wolinsky: Para mí es Jerusalem, aunque lo vi escrito de las dos formas.
Yaw: “La palabra Jerusalem no está registrada en el Diccionario. La entrada que se muestra a continuación podría estar relacionada:
           Jerusalén
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Encuestada primaria: Gracias. Entiendo, por tu respuesta, que la escribirías como te lo sugiere la Real Academia, ¿correcto?
Yaw: Sí, pero porque siempre me guío por la RAE cuando tengo dudas. Específicamente del tema desconozco…
Encuestada primaria: Está perfecta tu respuesta. La investigación apunta a saber quiénes la escribirían con eme o con ene.
Yaw: Ahhhhhhh! Entendí que vos no sabías cómo escribirla y estabas pidiendo ayuda para entregar tu investigación, jaja. Abrazo.
Encuestada primaria: Jaaa. Es que tampoco di mucha información. Necesitaba un sondeo informal, donde cada quien escribiera la palabra como primero le venga a la mente. Luego, ver si hay un patrón, según la formación particular de la persona.
Rossi: [Con] m.
Lipnik-Birkganas: Los judíos la escribimos con m, los no judíos con n.
Encuestada primaria: ¿Independientemente de la edad? Mis hijos no son judíos pero la escriben con m porque estudiaron en ORT.
Charrúa: Quienes accedimos a la lengua en hebreo y sabemos que en ese idioma el sonido final es m, la escribimos en español también con m. Entonces, no se relaciona con ser o no judío, pero sí con haber tenido formación judaica y hebreo.
Lipnik-Birkganas: [Se ha suprimido el primer nombre de la informante secundaria que se apellida Charrúa] Charrúa, en general el que recibió formación judaica es porque es judío… salvo los que van a ORT… pero son la minoría.
Lipnik-Birkganas: [Se dirige a la encuestada primaria por su nombre], me parece más que es una cuestión de costumbre más que de edad… siempre la escuché y la escribí con m por Ierushalaim… me suena raro verlo con n.
Saleg: Jerusalén.
Aisenberg: Jerusalem.
Asoma: Mi primera opción es con n. Si la leo con m y sin tilde, la leo como si estuviera en inglés.
Palombo: Jerusalem.
Orbach: Con m.
Gambón: Jerusalem.
Sapollñik: Jerusalem.
Castets: Jerusalem.
Sepiurca: En hebreo es con m, la original.
Encuestada primaria: Claro. Así se pronuncia en hebreo. Yo estoy preguntando cómo lo escriben ustedes en español… ¿Cómo escribirían esta palabra sin pensarlo mucho?
Ap: Con m.
Lerman: Jerusalem.
Kravetz: Supongo que si tuviera que escribir un texto formal usaría la castellanización académica con n y tilde. Sólo por cuestión de corrección académica. Pero me suena horrible. En mi vida cotidiana siempre lo pronuncio con m y lo escribiría también así, con m y sin tilde. No por escribirlo así lo pronunciaría como en inglés, sino como palabra aguda. Tengo 29 años, soy de familia judía, pero no fui a escuela/organizaciones/clubes/templos ni nada relacionado con la colectividad.
Rzezak: Jerusalem.
Crespo: Ni idea, pero las dos suenan bien.
Varela: Sin lugar a dudas, en castellano se escribe Jerusalén.
Rotstein: Jerusalem.
Stark: Jerusalem.
Swarovsky: Con m.
Broqua Albani: Con m.
Ponieman: [Con] m.
Meoqui: Con m.
Tordoni: Jerusalén.
Schnitzer: [Con] m.
Wittner: En castellano es Jerusalén. ¿Cuál es la duda?
Encuestada primaria: Se busca saber quiénes usan Jerusalén y quiénes, Jerusalem.
Wittner: Ah, entiendo.
Zolotow: Jerusalem.
Kohan: De las dos maneras está bien.
Lentini: ¡En castellano es Jerusalén! Así como Pekín y no Beijing, digamos. O como Londres, o Nueva York. Son nombres propios castellanizados oficiales. ¿Por qué con m? Primera vez que leo con m. ¿Será en inglés?
Encuestada primaria: Hola, [se dirige a la persona anterior usando su nombre]. Yo siempre lo vi escrito Jerusalén y así lo usábamos en la agencia de noticias. Ahora bien, ¿quién determina cómo se escribe en español una palabra en idioma extranjero que usa un alfabeto distinto al nuestro? Por otra parte, en general los hispanoparlantes no pronunciamos el sonido de la /m/ en posición final y lo transformamos sistemáticamente en /n/. En principio, no viene del inglés, sino que sería una representación de lo que nosotros, hispanoparlantes, la pronunciaríamos, con una /n/. Pareciera ser, sin embargo, [que existe] un grupo de personas que sí pronuncia esa /m/: quienes conocen la palabra en hebreo.
Wittner: Eso mismo.
Perlmuter: Jerusalem.
Ferpol: Jerusalén.
Peña: En español es con n.
Lanteri: Jerusalén.
Pilu: Jerusalem es en inglés.
Palermo: Jerusalem.
Terzano: Jerusalén. Jerusalem es en inglés.

 

En Argentina, se dice Jerusalén en español. Jerusalem no es comúnmente usado en español, aunque puede ser que algunos hablantes de hebreo o inglés lo utilicen, pero no es frecuente.

 

Acá siempre he visto Jerusalén escrito en los medios.

 

Creo que no soy la persona adecuada para ayudarte porque raramente uso la palabra Jerusalén (y en ese caso, lo haría así) y porque no pertenezco a la colectividad judía. De todas maneras, voy a preguntarles a dos amigos traductores que sí son judíos, y te respondo con lo que ellos digan…

De hecho, ya me contestó una de ellas y me contó que, si bien la RAE sugiere (¿impone?) Jerusalén, ella nunca lo usaría en textos judíos o para la colectividad judía de Argentina, porque en hebreo se dice /ierusalaim/ (perdón por mi transcripción fonética básica).

Si te sirve el dato, tiene 55 años y nació y creció en Buenos Aires. Ahora contestó mi amigo, un argentino que vive en Tel Aviv. Va su detallada respuesta, con imágenes y todo.

No creo que la cosa pase por grupo etario o por pertenencia étnica. Más bien tiendo a pensar que –em es influencia de quienes saben/leen inglés, mientras que –én es la forma más castiza, donde pocas palabras terminan con eme. De paso, una de las características del acento de los castellanohablantes en hebreo es su dificultad para pronunciar la eme final, con lo que dicen ieladín en lugar de ieladím, máin karín en lugar de máim kárim (respectivamente ‘niños’ y ‘agua fría’; uso de acento prosódico por cuestión fonética, contra las normas del castellano). En hebreo es claramente –em. Ierushalem o Ierushaláim. Si quieren un poco de lengua y política, el nombre en árabe es al-Quds, pero la señalética[18] vial israelí trató muchas veces de no usar ese nombre y en cambio usar una transliteración al árabe que se lee Urshalím. En otros carteles dice Urshalim (al-Quds).

Imagen 1. Cartel de indicación toponímica de demarcación de territorio. © Copyright 2017, Jerusalem Stone Design.

 

Imagen 2. Cartel que indica la proximidad de la ciudad santa. © Copyright 2011, Bob Lynn, Dreamstime.com.

Abraham Argov escribió un libro que se llama, precisamente, Jerusalem se escribe con M. El título se basa en una anécdota que solía contar el legendario alcalde Teddy Kollek, del que Abraham fue uno de sus ayudantes. Básicamente, la importancia de la m es que la etimología de la palabra remite a shalem, ‘entero, completo, integral’ y a shalom, ‘paz’. Si alterás la raíz de una palabra, estás cambiando todas sus características. Yo, personalmente, en castellano usé siempre –én.

Espero que te sirva y quedo a tu disposición por cualquier otra ayuda que pueda brindarte.

 

Honestamente, no soy experta en la materia, por lo cual no me siento en condiciones de aseverar si un uso está más difundido que otro. Sin embargo, en la traducción latinoamericana de la Biblia, realizada por expertos de la Universidad Católica Argentina, de México y de Colombia, se utiliza Jerusalénhttps://universodelabiblia.com/producto/biblia-de-jerusalen-latinoamericana Y luego, el [Diccionario] Panhispánico de Dudas, recomienda el uso de Jerusalén (eso seguramente ya lo habrás visto). Lamento no haberte sido de mucha ayuda.

 

La palabra comúnmente usada es Jerusalén. No he visto prácticamente Jerusalem. Si la viste, es probable que sea el grupo judío más ortodoxo. También algunas Biblias cristianas contienen varias referencias a Jerusalem. La mayoría de mis amigos judíos y cristianos usan Jerusalén.

 

En mi experiencia, mi abuela, que es muy creyente y amante de la historia, suele decir Jerusalem, mientras que yo uso Jerusalén. Algo parecido me pasaba en la escuela, en lo que me diferenciaba de mis profesores, en especial los de más edad. Por ende, podría decir que veo la diferencia principalmente en lo que respecta a la edad.

 

Respecto de tu pregunta, no sé si mi respuesta tendrá validez alguna para lo que estés analizando ya que no tengo datos precisos, pero al menos por lo que recuerdo la escritura que se prefiere es Jerusalén, independientemente de edad, religión o género. Insisto con[19] que esto se basa en una observación personal pero no en datos fiables recolectados.

 

Hago un poco de investigación con mis amigos de la colectividad y te respondo… Tengo los resultados de la encuesta.

Fueron unas quince personas de entre 30 y 40 años, una de más de 60. La mayoría dice y escribe Jerusalén (incluida una maestra de hebreo). Hubo algunos que me dijeron que dicen y escriben Jerusalem, aunque nadie sabe por qué y en general es una cosa que viene de familia.

 

La argentina no judía que indicó o aceptó ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén, o cuya preferencia no quedó clara (1 de los 47 argentinos no judíos)

 

According to the RAE, the only acceptable version is Jerusalén. I am not eligible as [an] informant, since my English in this case interferes with my Spanish, and I tend to say Jerusalem in Spanish. I am afraid I would have spelled it that way too.

My Jewish friends tend to say Jerusalem or /ierushalaim/ (sorry, no phonetic symbols on my PC). The latter pronunciation is the favourite one among those with strong emotional ties to the state of Israel, which does not happen to be my case. A non-Jewish neighbour of mine has just told me: “No, es con n; ¿estás loca con m?”. A teacher of Spanish, former lecturer at UMSA [the Universidad del Museo Social Argentino], cited [the] RAE, Jerusalén. Another friend of mine, younger and with no particular linguistic training, pronounced it Jerusalem, but hesitated when asked to spell it. I have just asked my 4th year translation students to pronounce and write it, and 9 out of 20 spelled it with [a] final m, the others with [an] n; however, only 4 used the Spanish “tilde”. As for pronunciation, only 2 students insisted they normally say Jerusalén, everyone else admitted they say Jerusalem.

My conclusion: it is absolutely erratic. The only fact is that [the] RAE only “accepts” Jerusalén.

 

Testimonios de los argentinos judíos

Los argentinos judíos que dijeron usar Jerusalem (5 de los 15 argentinos judíos)

 

Con respecto a tu consulta, he estado haciendo algunas consultas yo también y lo que encontré es que: no hay reglas de escritura, más bien hay usos y costumbres, donde en ámbitos judíos de todos los ámbitos se usa la versión Jerusalem con una cercanía muy fuerte a la palabra en hebreo. La versión Jerusalén es la usada en fuentes católicas del Nuevo Testamento.

 

Te cuento lo que he observado en Argentina. En general las instituciones judías usan Jerusalem, ya sea[n] sinagogas, comunidades o instituciones educativas:

http://comunidadjerusalem.org/Metzadá – Educación Judía – Campus Virtual ORT

Metzadá – Educación Judía – Campus Virtual ORT

Es con terminación –lem por su origen/historia, por ende tiene más sentido de pertenencia y es el elegido por la comunidad: http://bibliayoriente.blogspot.com.ar/2013/11/jerusalen-origen-de-la-ciudad.html

Deriva del término hebreo Yerusalaim que, a su vez, procede de la palabra Urusalim que significa ‘bajo la protección de Salem’, o más literalmente ‘fundación de Salem’.

Cuando son paseos o turismo usan Jerusalén, con un uso más geográfico: VIAJES A JERUSALÉN DESDE ARGENTINA | travelviaje.com.ar

VIAJES A JERUSALÉN DESDE ARGENTINA | travelviaje.com.ar

https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/tierra-santa

Según la RAE, Jerusalén es la forma “completamente adaptada al sistema gráfico del español, es hoy mayoritaria y preferible…”

 

Aquí en la Argentina los judíos argentinos usamos Jerusalem. Yo creo que eso se debe a la m de Yerushalaim y a que Jerusalem se escribe con m en todos los idiomas menos en el idioma español. Los argentinos no judíos usan Jerusalén (término aceptado por la RAE). Encontré un artículo interesante al respecto. Aquí le envío el enlace. Lo escribe un judío argentino que ahora vive en Jerusalem. http://www.anajnu.cl/jerusalemseescribe.htm

La primera estampa le da su nombre al libro. Tal estampa es una leyenda en su comienzo, que finaliza con un hecho real. En todos los idiomas conocidos por mí, Jerusalem se escribe con m. Solamente en castellano se escribe con n. Yo intento, a través de esta leyenda, devolver su verdadero nombre a la ciudad, también en castellano. Una de las explicaciones del porqué de la n, es que en ese idioma, no existen palabras que terminen con m. Explicación que a mí no me convence[20].

Yo no estoy de acuerdo con que Jerusalem sea el “verdadero” nombre en español. El nombre acuñado en español y el que está aceptado por la RAE es Jerusalén. En mi opinión, el pueblo judío de habla hispana la llama Jerusalem por influencia del hebreo. Nunca investigué si alguna vez en la historia Jerusalem ha sido el nombre correcto en español.

 

Es una buena pregunta. Como judía argentina te diría que mi preferencia y la de mi comunidad de origen es Jerusalem. No sé bien por qué. Creo que la mayoría de los argentinos usarían Jerusalén. Probablemente se deba a las traducciones de la Biblia que leen los católicos y evangelistas[21] ya que los judíos normalmente estudiamos la Biblia en hebreo. He tenido que investigar un poco el asunto y, al parecer, una de las traducciones más conocidas de la Biblia al español (la de Reina-Valera) utiliza muchas veces, aunque creo que no siempre, la versión Jerusalem y no Jerusalén. Aquí van ejemplos:

https://books.google.com.ar/books?id=_j4qCwAAQBAJ&pg=PT1609&lpg=PT1609&dq=reina+valera+jerusalem&source=bl&ots=b_ChvLtnSQ&sig=H3TgobSc6DBZA9ZswKK05f0fVJw&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjE95ffj63XAhVGHJAKHbyTDPMQ6AEIRTAF#v=onepage&q=reina%20valera%20jerusalem&f=false

http://bibliaparalela.com/2_samuel/24-8.htm

http://bibliaparalela.com/joel/3-20.htm

El DPD reconoce que es una variante usada: Jerusalén[22]. No sé si es lo que buscas, pero tengo la intuición de que se usa Jerusalem y no Jerusalén debido a un uso arraigado de ciertas traducciones de la Biblia. Incluso sería interesante ver qué pasó con las traducciones de Reina-Valera porque creo que en las más nuevas y las del Nuevo Testamento usa Jerusalén. De cualquier modo, preguntaré a amigos y conocidos a ver si se les ocurren otros motivos. Me doy cuenta de que en realidad, la imposición de la n al final es una preferencia del español, o sea que esa terminación –én tal vez sea producto de la castellanización del nombre Yerushalaim, que termina en m. En hebreo, la eme final es muy frecuente. O sea, es una preferencia cultural del lado de la comunidad judía (que también pronuncia Israel con ese sibilante y no Ihrrael como pronuncian los argentinos, al menos en mi zona). Jerusalén es una preferencia del hablante de español medio, con sello de aprobado de la RAE…

Mi teoría de que solo la comunidad judía argentina usa Jerusalem y no Jerusalén se vio desafiada por la respuesta de dos jóvenes (de 20 años) que no son judíos y usan Jerusalem sin saber a ciencia cierta por qué. Simplemente les suena mejor, tal vez por influencia del inglés.

 

A mi entender, las personas que pronuncian Jerusalén son aquellas que no pertenecen a la colectividad y que nunca han visto cómo se escribe o se pronuncia. Y esto no tiene que ver con la edad sino con la formación. En general, las personas que asistieron a una escuela judía o a un templo, lo pronuncian con m final. Puede darse que muchas personas mayores de la colectividad no han tenido posibilidades de asistir a una escuela ya que han tenido que trabajar y aun siendo pertenecientes a la colectividad, no lo pronuncian correctamente. Esto es lo que opino a mi entender.

 

Los argentinos judíos que dijeron usar Jerusalén (5 de los 15 argentinos judíos)

 

Pues es muy fácil: Jerusalén, con acento en la e. No escuché a nadie decir Jerusalem, en especial porque los hispanoparlantes al contrario tenemos la tendencia que palabras que en hebreo terminan en m (y todos los plurales masculinos terminan en m) las decimos en n, lo que casi se convierte en nuestra tarjeta de visita, o sea en vez de javerim (‘amigos’) decimos javerín, por lo que nadie dice Jerusalem. Quiero decir que incluso si el nombre fuera Jerusalem nosotros diríamos Jerusalén porque no tenemos palabras en español que terminen en m.

 

In my experience, people generally write Jerusalén (which is the grammatically correct form in Spanish). As for the Jewish community, they either say that or the word in Hebrew, Ierushalaim /ıerushə’laim/.

 

Muchas veces, me han consultado sobre esta palabra. Supongo que se presta a confusión por el idioma inglés (Jerusalem). No podría confirmar quién utiliza una u otra palabra. Yo siempre utilizo Jerusalén en español. De lo que estoy segura, es que a muy poca gente le interesa realmente si se dice de una u otra forma, para la mayoría le es indistinto y no les preocupa. Lamento no poder darle una respuesta más contundente y exacta.

 

En castellano, desde que cursaba la escuela primaria en los 60 en español es Jerusalén. Jerusalem dicen los judíos ortodoxos que no estudian en los circuitos educativos del mundo laico y universitario; los que lo toman prestado del inglés —es un falso amigo; y los que creen que porque cursaron una escuela primaria hebrea ya son traductores; y es más fácil al español (esto es en base a mi experiencia en Argentina e Israel: diario Aurora por ejemplo). Ya sé que mi respuesta es dura, ¡pero leer textos a veces produce dolor de estómago! Igual pasa con sitios en la web.

 

Muy interesante la indagación. Por mi parte y la de mi familia usamos el Jerusalén (verbal y escrito). Mis padres lo nominaban siempre en idish. Voy a investigar un poco el tema y si tengo algo nuevo lo agrego…

En algunas consultas que hice la persona que me dijo que dice y escribe Jerusalem dice estar influenciada por el inglés. En las ediciones de Siruela (i.e: textos de Amos Oz) se escribe Jerusalén. En este sentido, si consultas el Diccionario de la RAE la palabra Jersusalem no está incluida.

 

Los argentinos judíos que indicaron o aceptaron ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén, o cuya preferencia no quedó clara (5 de los 15 argentinos judíos)

 

Como sabrás, de acuerdo a la normativa de la Real Academia Española de la Lengua, en castellano lo correcto es escribir Jerusalén. Y en España, siempre que la palabra aparece en un texto escrito y público, tal como en un periódico o un libro e incluso en Raíces, una revista de cultura judía que se publica en papel en España, se escribe así. No obstante, en los boletines de las comunidades judías o los judíos que escriben en ellos, sobre todo si hablan hebreo (ivrit) lo escriben con m final, como si transliteraran de esta lengua, en la que la ciudad se llama Yerushalaim. Incluso cuando hablan de la ciudad, es decir cuando verbalizan la palabra, lo hacen con m. Hace ya muchos años que vivo aquí [en España], y no recuerdo muy bien cómo se escribía en Argentina, pero tengo la impresión que desde ámbitos judíos se escribía con m final. Por entonces, no había demasiadas noticias de la ciudad en los diarios, porque no estaba tan en primera plana el conflicto Israel-Palestina, así que no sé o no recuerdo cómo se escribía en los medios de comunicación masivos. También puede haber habido un cambio en la normativa de la Academia; cada tanto los hay, al igual que actualizaciones, lo que seguramente sabes. Llevan años tratando de normalizar la escritura de la palabra ídisch. El último engendro del diccionario de la academia es yidis o yídico; en muchos casos, los que escriben la palabra siguen la regla del inglés o francés: yiddish, pese a que desde América Latina hay un planteamiento formal, firmado por especialistas y traductores, para que se acepte una transliteración escrita llana y que se corresponda con la pronunciación de las letras de la palabra original que se hace en una lengua latina. Espero haberte sido de utilidad, y para cualquier otra consulta estoy a tu disposición.

 

Agradezco que se haya dirigido con esta inquietud y temo que no dejaré aclarado el asunto en forma definitiva. La respuesta aproximada es la siguiente: La forma “correcta” en español debería ser Jerusalén. Así también aparece en el Diccionario de la Real Academia Española. Pero siendo que esta palabra lleva consigo una carga emocional y tal vez religiosa, está por encima de lo estipulado por las academias de las lenguas. Las iglesias suelen utilizar Jerusalén en español, tal vez no todas. (Puede ser, erróneamente, para diferenciarse de los libros y/o tratados judíos). Otros idiomas latinos —francés, italiano— usan con m. En el ámbito judío es grande la influencia del hebreo sobre la forma de expresarse en otros idiomas con relación a Jerusalén. En las traducciones legales, de documentos, que yo hago con frecuencia, utilizo la forma “legal” de Jerusalén al traducir al castellano la palabra hebrea ירושלים (el nombre que se utiliza oficialmente en Israel en letras latinas es Jerusalem, por la versión en inglés, reconocida internacionalmente). En traducciones literarias habrá una licencia poética (¿?). Debemos diferenciar entre el idioma escrito y el oral. Es muy probable que la mayoría utilice Jerusalem en la forma oral. No me parece importante la diferenciación entre jóvenes y adultos en este aspecto, sí entre judíos y gentiles. Pero en este caso me remito a lo expuesto más arriba. Espero que estas líneas hayan colaborado con la respuesta a su pregunta. Quedo a su disposición.

 

Ya llevo 34 años en Israel, así que todo lo que te pueda decir sobre uso en la Argentina está obsoleto. Mi impresión de lo poco que leo de allá es que no es un problema de juventud o vejez; es quién sabe castellano, y quién no. Quien sabe escribe Jerusalén, quien no, bueno. Dado el dumbing down general de los idiomas, es probable que cada vez haya más gente que lo escribe mal. Me picaste la curiosidad e hice estas búsquedas en Google:

site:ar jerusalén – 385.000 coincidencias
site:ar jerusalem – 183.000 coincidencias
Más o menos, 2:1.

Gracias por tu consulta y seguí con tu trabajo. Es importante para todos nosotros.

 

Pasando al sancocho jerosolimitano… no tengo una teoría de por qué los judíos prefieren Jerusalem a Jerusalén. Es posible que sea la influencia del hebreo, aunque lo tomo con muchas reservas porque habría que ver qué otras palabras de su idiolecto tienen esa influencia, si saben o no hebreo, etc. Hay, sí, una cuestión medio mística en el nombre y habría que ir a la etimología hebrea. Ierushalem o Ierushalaim tiene varias acepciones. Según algunos es ieru + shalem (‘la ciudad de Shalem’), un reino/ciudad del que se sabe poco (Génesis 14, hacia el final del capítulo). Es la misma Shalem que inspiró el nombre de Salem, Massachusetts, ya que estamos en noche de brujas[23]. Shalem significa también ‘completo, entero, íntegro’. Otra posibilidad es que sea ir + shalom (‘ciudad de la paz’). Ahora bien: hay corrientes místicas que dan gran importancia al tema de los nombres. Un mínimo cambio en una letra puede cambiar tu naturaleza. Es más: hay cabalistas que se dedican a eso, a investigar qué nombre puedes adoptar para que se corrija tu vida, tu salud, etc. A Teddy Kollek le gustaba decir a sus interlocutores castellanohablantes que es con m (aunque él no hablaba el español, pero tenía un oído musical excepcional y daba la sensación a la gente que estaba atento a cada palabra que salía de sus bocas) y les explicaba esa cuestión cabalística, etc. En los marcos con educación judía sí usábamos Ierushalaim, directamente en hebreo. Pero dependía mucho de con quién hablábamos. La influencia del inglés es otra posibilidad que no descarto en algunos. Habría que ver si dicen New o Nueva York, London o Londres, etc. Y si bien algunas veces, como dice Ilán Stavans, me sale el enano purista desde dentro, no considero detestables los anglicismos, galicismos o extranjerismos en general. Todo depende del contexto. Por ejemplo, con visitantes castellanohablantes que no hablan hebreo siempre uso Jerusalén, pero al hablar con castellanohablantes residentes aquí seguramente les preguntaré si tienen algún restaurante para recomendar en Ierushalaim. Supongo que un fenómeno parecido se da entre latinos en California (por ejemplo, Los Ángeles/Los Angeles). En el CORDE vi entradas con –em de 1411 y con –én de comienzos del s. XVI.[24] Tiene su lógica. Allí la influencia, obviamente, no es inglesa, sino muy probablemente del latín Hyerosolima.

 

En general la gente que habla de la ciudad en el mundo hispano y en la Argentina tiende a decir Jerusalén. En mi caso, resulta difícil tomarme como parámetro ya que hablo alemán y hebreo. En alemán es Jerusalem y en hebreo Ierushalaim también termina en m. Me parece que en castellano nadie dice Jerusalem ya que la m final es muy complicada para el hispanoparlante medio. Me acuerdo que los argentinos en Israel metían n final al plural masculino hebreo en vez de m como corresponde. No por casualidad la RAE prescribe Jerusalén ya que es en definitiva la canonización de una dificultad inmanente. Los pocos hispanos que decimos Jerusalem con m es porque estamos atravesados por otras lenguas. Tome esto, por favor, como una interpretación subjetiva.

 

RESULTADOS, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES

Resultados de los testimonios primarios

A continuación, en los cuadros de esta sección, se presentan los resúmenes de los testimonios primarios, es decir, de las afirmaciones que se recibieron directamente de parte de las personas encuestadas. Las cifras anotadas en los cuadros 1a (sobre los uruguayos), 1b (sobre los argentinos) y 1c (sobre los uruguayos y argentinos combinados) no tienen en cuenta los testimonios secundarios, o sea, los de las otras personas que los propios informantes citaron o resumieron. Los testimonios secundarios serán analizados más adelante en los cuadros 2a, 2b y 2c.

Cuadro 1a: Testimonios primarios de los uruguayos

Uruguayos no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
3 = 14,2% 17 = 80,9% 1 = 4,8% 21
 
Uruguayos judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
2 = 40% 0 = 0% 3 = 60% 5

Las estadísticas de los encuestados uruguayos no judíos muestran que la gran mayoría de ellos, más del 80%, indicaron que emplean y prefieren la variante Jerusalén. En cuanto a los uruguayos judíos, no se alcanzó un número suficiente de informantes como para poder extraer conclusiones confiables. Sin embargo, de los cinco informantes uruguayos judíos todos afirmaron que las personas de su grupo tienden a decir o aceptar Jerusalem, y ninguno abogó por el uso exclusivo de Jerusalén.

 Cuadro 1b: Testimonios primarios de los argentinos

Argentinos no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
3 = 6,4% 43 = 91,5% 1 = 2,1% 47
 
Argentinos judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
5 = 33,3% 5 = 33,3% 5 = 33,3% 15

Al fijarse en las estadísticas de los encuestados argentinos no judíos, se observa que más del 90% de ellos indicaron que emplean y prefieren la variante Jerusalén. (Este porcentaje es aún mayor que el de los uruguayos no judíos que prefirieron Jerusalén). En cambio, las respuestas de los argentinos judíos están divididas, en forma proporcional, entre Jerusalem (5/15 = 33,3%), Jerusalén (5/15 = 33,3%) y “respuesta ambigua” (5/15 = 33,3%). Es decir, la mayoría de los argentinos judíos, 10/15 o el 66,7%, no rechazaron la variante Jerusalem, mientras que una minoría, 5/15 de ellos o el 33,3%, favoreció Jerusalén.

El cuadro 1c combina los resultados de los dos países rioplatenses del estudio al juntar las cifras de los uruguayos y argentinos presentadas en los cuadros 1a y 1b; tiene la misma estructura que los dos cuadros anteriores.

Cuadro 1c: Testimonios primarios de los rioplatenses (uruguayos y argentinos combinados)

Rioplatenses no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
6 = 8,8% 60 = 88,2% 2 = 2,9% 68
 
Rioplatenses judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
7 = 35,0% 5 = 25,0% 8 = 40,0% 20

Al combinar los resultados de los uruguayos y argentinos se observa, nuevamente, una situación distinta entre judíos y no judíos. Mientras que solamente el 8,8% de los rioplatenses no judíos indicaron que usan Jerusalem, de los rioplatenses judíos el 35,0% optó por Jerusalem. Además, sólo el 2,9% de los rioplatenses no judíos dieron una respuesta ambigua, pero, en el caso de los judíos, fue el 40,0%. En otras palabras, los rioplatenses judíos son mucho más propensos a usar la variante con m (el 75,0% de ellos si se combinan las respuestas de Jerusalem y las “ambiguas”) de lo que son los rioplatenses no judíos (con sólo el 11,7%).

Sin embargo, al analizar estas cifras, se debe tener presente lo siguiente:

Incluso más que otros grupos profesionales, las personas que se dedican a la traducción, por lo general, sienten una fuerte presión para usar las formas y variantes normativas, especialmente en la lengua escrita: a muchos escritores se les suele permitir “licencias poéticas”, pero a los traductores no literarios, casi nunca. Por eso, es razonable pensar que, aun en caso de que la variante Jerusalem fuese de uso frecuente en el Río de la Plata entre la población no judía, no sería raro que pocos de nuestros encuestados gentiles la señalaran como la variante que usan, confesando abiertamente que no cumplen con los lineamientos de la RAE. Por lo tanto, es posible que las cifras que arrojan las personas encuestadas estén sesgadas hacia la variante normativa, Jerusalén, y que la forma Jerusalem en realidad se emplee con más frecuencia en las sociedades rioplatenses de lo que las cifras del presente estudio insinúan. Incluso, no sería descabellado especular que, si se hiciera la encuesta a grupos de rioplatenses menos lingüísticamente conservadores que los traductores, la frecuencia de la variante Jerusalem podría ser más alta todavía.

Aunque el estudio se limita a recoger la opinión de profesionales de la traducción, con fuerte arraigo en la orientación normativa del lenguaje, lo cierto es que sólo disponemos de información relativa al discurso escrito. Sería interesante comprobar si las respuestas proporcionadas en cuanto a la variedad escrita coinciden con el uso oral. Para ello, la investigación debería contemplar en su metodología un registro grabado de las entrevistas, lo cual abre una nueva vía de investigaciones que se podrán abordar en el futuro. De poder observar su comportamiento lingüístico espontáneo y no su testimonio comedido respecto de Jerusalem/Jerusalén, es posible que descubriéramos que varios de estos mismos encuestados que dijeron usar exclusivamente Jerusalén en realidad usan Jerusalem en su habla habitual.

Resultados de los testimonios secundarios

En los cuadros de esta sección se presentan las cifras de los testimonios secundarios de los rioplatenses, es decir, de las afirmaciones que los encuestados primarios citaron o resumieron de sus amigos y conocidos. A diferencia de los encuestados primarios, los encuestados secundarios son personas con las que el autor de este estudio no ha tenido ningún contacto directo, sino que brindaron sus respuestas a los encuestados primarios quienes, a su vez, se las reenviaron al autor.

Cuadro 2a: Testimonios secundarios de los uruguayos

Uruguayos no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
No hubo datos No hubo datos No hubo datos *
 
Uruguayos judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
1 = 50% 0 = 0% 1 = 50% 2

Cuadro 2b: Testimonios secundarios de los argentinos

Argentinos no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
10 = 33,3% 19 = 63,3% 1 = 3,3% 30
 
Argentinos judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
24 = 64,9% 4 = 10,8% 9 = 24,3% 37

Cuadro 2c: Testimonios secundarios de los rioplatenses (uruguayos y argentinos combinados)

Rioplatenses no judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
10 = 33,3% 19 = 63,3% 1 = 3,3% 30
 
Rioplatenses judíos
Respuestas
Jerusalem Jerusalén Respuesta ambigua Total
25 = 64,1% 4 = 10,3% 10 = 25,6% 39

Al fijarse en las estadísticas de los encuestados secundarios judíos del cuadro 2c, se observa que la gran mayoría de ellos (35/39 o el 89,7%) indicaron que o emplean la variante Jerusalem (25/39 o el 64,1%), o bien dieron una respuesta ambigua indicando ambas variantes, Jerusalem y Jerusalén (10/39 o el 25,6%). En otras palabras, casi el 90% de los rioplatenses judíos secundarios del presente estudio o prefieren la variante Jerusalem, o por lo menos la aceptan, mientras que sólo el 10,3% de ellos se aferran a la grafía normativa, Jerusalén, sin aceptar la que termina con m.

En el caso de los encuestados secundarios no judíos, 19/30 de los rioplatenses combinados, o el 63,3% de ellos, dieron la respuesta de Jerusalén, en tanto que solamente 10/30, o el 33,3% de ellos, indicaron Jerusalem; 1/30, o el 3,3%, dio una respuesta ambigua. Si se acepta la premisa de que las respuestas secundarias tienden a ser más espontáneas que las primarias[25], esto implicaría que un mayor porcentaje de rioplatenses, tanto judíos como no judíos, dicen Jerusalem en su habla no cuidada de los que admiten decir Jerusalem.

Conclusiones y reflexiones

De los testimonios primarios y secundarios se colige que, en el Río de la Plata, la grafía con m es mucho más frecuente entre las personas judías que entre las no judías. Sin embargo, los testimonios sugieren que la variante Jerusalem también ocurre con cierta frecuencia en el español de rioplatenses no judíos. Así es el caso, por más que muchos encuestados hayan aseverado que Jerusalem no se emplea en su país, y mal que le pese a la Real Academia Española que se use en cualquier lugar.

Ahora bien, habiéndose establecido que la variante Jerusalem es común entre la población judía rioplatense, cabe preguntar por qué: ¿cuál es la explicación? A continuación se presenta un resumen de las principales hipótesis que los encuestados han planteado, junto con argumentos que permiten abrir el debate.

  • Los judíos rioplatenses usan la variante Jerusalem por influencia del hebreo Yerushalaim. El problema básico con esta teoría es que tanto Jerusalem como Jerusalén etimológicamente provienen de Yerushalaim. Y no es el caso que Jerusalén haya sido la forma original y auténtica y que los judíos hayan decidido cambiar la n por m para crear una nueva palabra que estuviera más cercana al término en hebreo. Al contrario, hay pruebas documentales de que la grafía Jerusalem es más antigua que la de Jerusalén.
  • Los judíos rioplatenses usan la variante Jerusalem por calco del inglés Jerusalem. El problema de esta teoría es que no se ha esgrimido ninguna razón por la que los rioplatenses judíos sientan más atracción por la forma en inglés que los rioplatenses no judíos. Existen hispanohablantes que son muy amantes de los anglicismos, otros que los detestan, y otros que tienen una posición intermedia o una actitud ambivalente hacia ellos. Pero habría que presentar evidencia de que los judíos rioplatenses tienen más afición por los anglicismos que los rioplatenses no judíos, y que a esa preferencia se debe el uso de Jerusalem entre los judíos rioplatenses. El que Jerusalem sea la variante más antigua es, nuevamente, un serio impedimento para que se acepte esta hipótesis.
  • Los rioplatenses judíos —y quizás también muchos rioplatenses no judíos— usan la variante Jerusalem porque, por lo general, en el Río de la Plata se conservan formas arcaicas cultas como circunscripto (‘circunscrito’), descripto (‘descrito’), inscripto (‘inscrito’) y suscripto (‘suscrito’) que no se usan habitualmente en otras zonas hispanohablantes. De aplicarse esta teoría, Jerusalem sería un ejemplo más de los arcaísmos que al parecer gustan y perviven en el Río de la Plata. Pero si la hipótesis es que los rioplatenses prefieren formas arcaicas como inscripto y Jerusalem más que otros pueblos hispánicos, ¿por qué esto afectaría más el uso lingüístico de un subgrupo de rioplatenses, los judíos, y no a toda la población rioplatense en forma pareja? No se da respuesta a este interrogante, lo que pone esta hipótesis en tela de juicio. Por otra parte, habría que demostrar que Jerusalem guarda alguna relación con los arcaísmos terminados en –scripto o con otros arcaísmos usados en el español rioplatense, y que la preferencia rioplatense hacia estos tiene que ver con su uso de Jerusalem.

Como vemos, cada una de las citadas teorías tiene sus escollos, por lo que es probable que la preferencia de la población rioplatense judía por la forma Jerusalem no se deba a ninguna de ellas. Parece más lógico que el uso de Jerusalem por parte de los judíos rioplatenses represente una forma más antigua y, a la vez, una que retenga, con su eme al final, un atisbo de la palabra en hebreo. Es como si los judíos rioplatenses desearan emplear un término que consideran propio del español (y, de hecho, clásico dentro del español desde el punto de vista histórico), pero sin quitarle ese rasgo tan importante para los judíos que es la eme final, característica que tiene el equivalente en hebreo así como los de todos los demás idiomas. Parece lógico que los judíos deseen hacer pervivir rasgos de su origen, religión y cultura, lo que tal vez explica que, en el caso de Jerusalem, tienen un perfil conservador.

En este estudio hemos escuchado los testimonios de una serie de judíos rioplatenses quienes, conscientes de la variante mayoritaria, usan la variante Jerusalem; y parece ser que, para ellos, quitarle la eme de Jerusalem y sustituirla por una ene, sólo porque así lo pronuncien y lo escriban la mayoría de los hispanohablantes, sería una violación de lo más sagrado. Por más que la RAE/ASALE[26] insista en la variante con ene, estos judíos rioplatenses saben que Jerusalén es una variante impostora y charlatana, y que la verdadera forma ha sido, es y será siempre con eme. De alguna forma parecen estar manifestando lo siguiente:

Ustedes los académicos pueden proclamar lo que les dé la gana en cuanto al nombre de la ciudad santa, pero a nosotros no nos engañan. Sabemos que se llama Jerusalem y no vamos a tragarnos ese cuento de que sea preferible Jerusalén. A otro perro con ese hueso. ¡Jerusalem!

La cuestión de por qué los judíos rioplatenses usan Jerusalem la dejaremos para otras investigaciones propias o ajenas; y sería conveniente realizar estudios similares entre hispanohablantes judíos y gentiles de otros países, fuera del área rioplatense, para conocer la situación a nivel panhispánico. También hace falta investigar en qué medida los hispanohablantes no judíos usan la pronunciación y la grafía Jerusalem y qué factores, aparte de la religión, influyen en el uso de estas dos grafías y pronunciaciones.

Otro tema que sería interesante abordar es el siguiente: ¿de qué manera la proporción de la judería rioplatense que prefiere una u otra variante depende de su nivel de observancia, religiosidad o conexión con una sinagoga o comunidad judía? Es decir, se deberían hacer otros tipos de estudios en los que la categorización de personas no fuera, como en el presente, binaria (judía o no judía), sino que se tomaran en cuenta factores como su apego al judaísmo, nivel de ortodoxia, pertenencia a una comunidad judía, y percepción de su identidad judía dentro del mundo hispano no judío.

Quizás un interrogante aún más importante y válido que “¿Por qué ciertos hispanohablantes dicen y escriben Jerusalem?” es la pregunta contraria: ¿Por qué la mayoría de los hispanohablantes emplea Jerusalén y no Jerusalem? La respuesta a esta pregunta puede ser sencilla al tener en cuenta que la recomendación normativa es que esta voz se escriba Jerusalén y cuesta mucho desligarse de esa orientación. En todo caso, es conveniente mirar el asunto desde el otro lado del prisma.

¿Será que resolver la cuestión de por qué la mayoría dice Jerusalén es equivalente a averiguar por qué la RAE prefiere la grafía con ene? ¿O es el caso más bien que la RAE aboga por Jerusalén solamente porque, desde hace muchos siglos, la mayoría de los hispanohablantes efectivamente usan la variante con ene? Es posible que la RAE prefiera Jerusalén porque, antes de tomar esa decisión, los académicos ya percibían que así era como lo pronunciaban y escribían la mayoría de los hispanohablantes con los que tenían comunicación; por ende, querían que la grafía reflejara la pronunciación habitual, aunque para ello hubiese que desistir de emplear Jerusalem, la grafía tradicional.

Ahora bien, si se aduce que la variante Jerusalén es preferible porque en español no hay palabras que terminen en eme, o que permitir que una palabra termine en esta letra sería ir en contra del “genio de la lengua”, este tipo de argumento es bastante fácil de refutar. Según se constata a continuación, hay más de 100 palabras consignadas en el mismo Diccionario de la lengua española (DLE, 2014) que efectivamente terminan con eme. Y esta cifra no incluye todas las que hay en el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) que no figuran en el DLE[27], por ejemplo, las ciudades de los Países Bajos Ámsterdam y Róterdam/Rotterdam, ni las que hay que ni el DLE ni el DPD han recogido y que sin embargo se usan; por ejemplo, las palabras dzulum (‘en la tradición maya, especie de ser imaginario y maligno’); fílum (filo, ‘categoría taxonómica de la clasificación biológica’); pastrom (pastrón o pastrami, ‘cierto producto elaborado con carne de res que se somete a salmuera’); y las ciudades neerlandesas de Haarlem, Edam, Alblasserdam, Ilpendam, Leerdam, Monnickendam, Volendam y Werkendam, entre otras.

En las siguientes listas de palabras que terminan con eme, algunas figuran en itálica, mientras que otras en letra redonda, según aparezcan en el DLE. Todos estos vocablos son préstamos lingüísticos y, en su mayoría, latinismos.

Palabras del DLE terminadas en –am: Abraham, ad cautelam, ad litteram, ad nauseam, ad personam, dirham, gram, imam, in memoriam, islam, macadam, mam, nequaquam, nizam, per istam, pocomam, quídam, spam, tamtam, tam-tam, wólfram.

Sub total: 21 (13 escritas en letra redonda)

Palabras del DLE terminadas en –em: ad hominem, ad honorem, ad quem, ad valorem, ante diem, ante meridiem, carpe diem, dírhem, ejem, harem, ibidem, ídem, ídem, ítem, módem, non bis in idem, post meridiem, post mortem, réquiem, tándem, tótem, tuáutem.

Sub total: 22 (10 escritas en letra redonda)

Palabras del DLE terminadas en –im: ad interim, alim, kilim, kílim, muslim, nominatim, passim, plim.

Sub total: 8 (5 escritas en letra redonda)

Palabras del DLE terminadas en –om: ángstrom, boom, dom, pom.

Sub total: 4 (3 escritas en letra redonda)

Palabras del DLE terminadas en –um: acuárium, ad infinitum, ad libitum, ad nutum, álbum, armónium, auditórium, begum, bum, cámbium, cataplum, catapum, cinefórum, critérium, cuórum, currículum, desiderátum, de verbo ad verbum, dictum, dumdum, dum-dum, factótum, fatum, fórum, hum, in aeternum, in integrum, in partibus infidelium, in perpetuum, in solidum, linóleum, mágnum, maremágnum, máximum, médium, memorándum, mínimum, obiter dictum, pandemónium, pataplum, pénsum, péplum, pimpampum, plum, pluralia tantum, pódium, post scriptum, presídium, pum, quadrivium, quid divinum, quorum, referéndum, rum rum, sanctasanctórum, sanctórum, singularia tantum, solárium, summum, tedeum, totum revolutum, trivium, ultimátum, vademécum, zum.

Sub total: 66 (44 escritas en letra redonda)

Total de palabras en el DLE terminadas en m: 121 (75 escritas en letra redonda)

Si existen tantas “excepciones” a la supuesta regla de que en español las palabras, por lo general, no terminan en eme, ¿por qué no puede ser Jerusalem otra? Obviamente, podría. Entonces, la pregunta es por qué la Real Academia Española prefiere las palabras terminadas en ene. ¿Qué razones lingüísticas y políticas lo explican?

Una importante razón podría ser la predilección general de la docta institución por las formas “castellanizadas” de cualquier palabra proveniente de un idioma extranjero. Considérese el siguiente cuadro en el que se indica, en la columna izquierda, la forma castellanizada de palabras que prefiere la RAE/ASALE, y, en la columna derecha, la variante “extranjera” que la Academia desaconseja o proscribe por medio del Diccionario panhispánico de dudas o la Ortografía de la lengua española.

Cuadro 3: Preferencias de la RAE/ASALE de algunas palabras derivadas de lenguas extranjeras

Forma preferida por la RAE/ASALE Forma desaconsejada o desdeñada por la RAE/ASALE
autobús, ómnibus bus
baloncesto básquetbol, basquetbol, básquet
Bangladés Bangladesh
Bielorrusia Belarus o Belarús
Birmania Myanmar
blus blues
Bombay Mumbai
Catar Qatar
diésel o dísel diesel
Esmirna Izmir
Fráncfort Frankfurt
Gengis Jan Gengis Kan o Gengis Khan
harén harem
Kinsasa Kinshasa
Letonia, letón Latvia, latvio
linóleo linóleum
Milán Milano
ratón (en informática) mouse
nailon o nilón nylon
Pekín Beiyín
lanzador pícher (en el béisbol)
Róterdam Rotterdam
Turín Torino
yacusi[28]o (bañera de) hidromasaje jacuzzi

En la mayoría de estos casos, la RAE/ASALE se muestra partidaria de la castellanización de las palabras para que no haya “secuencias ajenas a nuestro sistema” (Ortografía de la lengua española, 646). De ello son ejemplos Bangladés, blus, Francfort, Gengis Jan, harén, Kinsasa, linóleo, nailon, Catar, Róterdam y yacusi. Pero se puede aducir que el concepto académico de “nuestro sistema” es demasiado estricto y poco práctico o realista. En otros ejemplos, como Bielorrusia o Letonia, la Academia prefiere las formas tradicionales españolas tomadas del francés (de Biélorussie y Lettonie, respectivamente), y no las que se parecen a las formas inglesas (Belarus, Latvia); también prefiere calcos como baloncesto, lanzador y ratón a anglicismos como básquetbol, pícher y mouse, respectivamente. Aunque la RAE/ASALE desaconseja o hasta desdeña las palabras de la columna derecha del cuadro anterior, es importante señalar que, en la práctica, varios de estos vocablos son preferidos y más frecuentes en la mayoría de las variedades del español (Bangladesh, básquetbol, mouse) o en variedades del español de América (bus, diesel, pícher) que las voces de la columna izquierda que recomienda la Academia.

En el caso particular de la capital china, da la sensación de que los académicos están sosteniendo que, aunque las autoridades chinas hayan afirmado, ya hace muchos decenios, que su capital es Beiyín y no Pekín, eso no tiene por qué afectar la forma en que nosotros (léase, ellos) digan y escriban el nombre de esta ciudad. La RAE básicamente ha decretado que la capital china es y siempre será Pekín, independientemente de lo que prefieran los chinos, y sin importar, incluso, lo que prefieran algunos hispanoparlantes. He aquí la entrada correspondiente del Diccionario panhispánico de dudas:

Pekín. El nombre tradicional en español para designar la capital de China es Pekín (también, raro hoy, Pequín). El nombre Beijing es resultado de la transcripción de los caracteres chinos al alfabeto latino según el sistema «pinyin», desarrollado en China a partir de 1958 con el fin de unificar los diversos sistemas de transcripción del chino aplicados por distintos países. Este sistema se puso en práctica oficialmente en 1979 y es hoy mayoritariamente utilizado por las agencias de prensa. No obstante, se recomienda usar en nuestro idioma el nombre tradicional español, cuyo gentilicio es pekinés (o pequinés, si se utiliza la grafía minoritaria Pequín). (RAE/ASALE, Diccionario panhispánico de dudas, 2005).

Ni en el DPD ni en la Ortografía de la lengua española se explica bien por qué “se recomienda usar en nuestro idioma el nombre tradicional español”. Pero, parece ser que la postura académica es que el nombre tradicional Pekín está “consolidado” en español y que al hablar en “nuestra lengua” debemos utilizar este sin importar que Beiyín sea el indicado por el gobierno chino. Para la Academia debe decirse Pekín y no Beiyín por la misma razón que debemos decir Londres (y no London), Moscú (y no Moskva), Turín (y no Torino), Florencia (y no Firenze) y Nueva York (y no New York). En el caso de Pekín/Beiyín, la Academia alega que el cambio del nombre oficial afecta el uso en lengua china, pero no al uso en español. Esta actitud de los académicos los hace lucir como caudillos con cartucheras en el pecho que animan a sus tropas y anuncian al mundo:

Los chinos podrán nombrar su capital como les venga en gana. ¿Y qué? Eso a nosotros ni nos va ni nos viene. El español es nuestro idioma y aquí mandamos nosotros. Los chinos, no. Nuestra forma de pronunciar las sílabas de la capital china puede estar todo lo equivocada y chapurreada que quieras, pero al menos es nuestra; y lo nuestro no nos lo quita nadie, ¡y menos que menos los benditos chinos! Así somos, así escribimos, y los que quieren decir o escribir Beiyin nunca podrán pertenecer al club de los auténticos hispanohablantes. ¡Que viva el español!

Por otra parte, a través de sus obras, los académicos han tratado de demostrar que las reglas que nos imponen supuestamente se basan en la lógica, la razón, el sentido común, y, sobre todo, en una especie de “sentir” hispánico que todo hispano comparte —o debería compartir— si de veras pertenece al grupo escogido. Y si no lo comparte, es tildado de ignorante o, peor aun, de sospechoso. El mensaje está claro: si no cumples con lo que señalamos, no eres un hispano hecho y derecho con todas las de ley.

Sin embargo, muchas personas ya se han dado cuenta de que el poder de la Academia no proviene, como la docta institución suele alegar, del pueblo hispano, y que este le haya otorgado su título de líder lingüístico y rector de la lengua. La razón por la que los académicos son los que mandan en materia lingüística poco y nada tiene que ver con su ilustración, su lógica o su hispanidad por excelencia, sino más bien su poder político-lingüístico, o sea, por sus pistolas. El prestigio que la RAE/ASALE ha promovido, con muchos recursos y asechanzas, ha hecho que, en cuestiones lingüísticas, la Academia tenga la sartén por el mango y seguirá asiéndola mientras continúen siendo una pequeña minoría los que se rebelan ante la prepotencia y el dominio académicos. Muchos también se han dado cuenta de que, si escriben palabras como carnet, flash, Bangladesh o Jerusalem, estas grafías no son ni más ni menos auténticamente hispanas que las de carné, flas, Bangladés o Jerusalén. De hecho, se puede argumentar que aquellas formas, por ser las más antiguas, son más legítimas que estas.

Ahora bien, en el caso de Pekín/Beiyín, quizás sea injusto tildar a la RAE/ASALE de reaccionaria, dado que, en realidad, en la mayoría de las lenguas europeas se prefiere la forma tradicional de la capital china, con una [p] y una [k], según se demuestra en el siguiente cuadro.

Cuadro 4: Nombres oficiales de la capital china en diferentes lenguas europeas según EU Publications, http://publications.europa.eu/code/en/en-5000500.htm

Lengua europea Nombre(s) oficial(es) de la capital china (similar a Pekín y/o a Beiyín)
alemán Peking (Beijing)
búlgaro Пекин (se pronuncia Pekín[29])
checo Peking
croata Peking
danés Beijing
eslovaco Peking
esloveno Peking
español Pekín[30]
finlandés o finés Beijing (Peking)
francés Pékin
griego Πεκίνο (se pronuncia Pekino[31])
húngaro o magiar Peking
inglés Beijing
irlandés Béising
italiano Pechino
letón o latvio Pekina
lituano Pekinas
maltés Beijing
neerlandés u holandés Peking
polaco Pekin
portugués Pequim
rumano Beijing
sueco Peking
Total = 23 idiomas: 16 ≈ Pekín; 5 ≈ Beiyín; 1 ≈ Beiyín (Pekín); 1 ≈ Pekín (Beiyín)

Como se ve en el cuadro anterior, en la mayoría de los idiomas europeos el nombre de la capital china se escribe y se pronuncia de una forma similar a Pekín, en el sentido de que los primeros dos sonidos consonánticos son [p] y [k]. Este es el caso en búlgaro, checo, croata, eslovaco, esloveno, español, francés, húngaro, italiano, letón (latvio), lituano, neerlandés, polaco, portugués y sueco. En cambio, son relativamente pocos los idiomas europeos —el danés, el inglés, el irlandés, el maltés y el rumano— en los que el nombre de esta ciudad deriva del nombre que proponen los chinos, Beiyín. Según la información presentada en EU Publications, en alemán Peking es la primera opción y la preferida; Beijing, la segunda. En finlandés, de acuerdo con la misma fuente, es al revés: Beijing es la primera opción; Peking, la segunda.

¿Por qué se plantea esta discusión sobre la forma de decir y escribir la capital china si el tema del presente trabajo es tratar la cuestión del nombre, en español, de la ciudad santa, Jerusalem o Jerusalén? El tema de Pekín/Beiyín se aborda aquí porque la RAE/ASALE afirma que Pekín, por ser la forma más antigua y asentada en español, es la variante que debería usarse. Sin embargo, pese a que Jerusalem es la forma más antigua, la Academia la ha proscrito, prefiriendo, en su lugar, la forma Jerusalén. Entonces, ¿qué es lo que hemos de concluir? Pues, la conclusión es casi ineludible: la RAE/ASALE prefiere las formas tradicionales a las modernas, a menos que aquellas estorben su designio y afán imperante de que todo se castellanice. El hecho de que ello supone una incongruencia o conflicto interno no parece que se quiera admitir ni confesar y menos su motivo: la ropa sucia no se lava en público.

 

BIBLIOGRAFÍA

Asociación de Academias de la Lengua Española (2010): Diccionario de americanismos (DA). 1a edición. Lima (Perú): World Color Perú, Santillana Ediciones Generales.

Biblia Reina-Valera (1909): <http://bibledbdata.org/onlinebibles/rv1909/14_005.htm>

Biblia Reina-Valera (1960): <https://www.biblegateway.com/passage/?search=2+cronicas+5+%3A2&version=RVR1960>

Martínez de Sousa, José (2004): “La traducción y sus trampas”. Panacea. Vol. V, núm. 16, junio, 2004, 149-160. <www.medtrad.org/panacea.htm>

Real Academia Española / Asociación de Academias de la Lengua Española (2005): Diccionario panhispánico de dudas (DPD). 1a edición. Madrid (España): Santillana Ediciones; en línea: <http://buscon.rae.es/dpdI&gt;.

— (2009): Nueva gramática de la lengua española. 2 volúmenes. Madrid (España): Espasa.

— (2010): Ortografía de la lengua española. Madrid (España): Espasa Libros.

— (2014): Diccionario de la lengua española (DLE). México (México): Espasa Libros – Editorial Planeta Mexicana.

Schvindlerman, Julián (2010): Roma y Jerusalem / La política vaticana hacia el Estado Judío. Buenos Aires (Argentina): Editorial Sudamericana S.A.

 

ANEXO: INTERNET

Como se ha dicho, convendría hacer encuestas a hispanohablantes de otros países, fuera del Río de la Plata, para conocer la situación respecto del tema Jerusalem/Jerusalén en otras partes del ámbito hispánico. Mientras esperamos que otros investigadores lo hagan, para no quedarnos de brazos cruzados, hicimos una serie de búsquedas “avanzadas”, por medio de Google, con las siguientes pautas:

  • Lengua = español
  • Región = España, México, Guatemala, o El Salvador, etc. (búsquedas separadas para cada país de habla hispana)
  • Palabra o frase exacta = Jerusalem
  • Ninguna de estas palabras = Jerusalén

Luego realizamos unas búsquedas iguales, pero con Jerusalén en la categoría de la “palabra o frase exacta”, y Jerusalem en la de “ninguna de estas palabras”. La precisión de Jerusalem, no Jerusalén (y de Jerusalén, no Jerusalem) se hizo para tratar de eliminar las páginas en las que se mezclan las dos variantes. Los resultados se presentan a continuación en el cuadro 5.

Cuadro 5: Búsquedas de Jerusalem (sin Jerusalén) y de Jerusalén (sin Jerusalem) por Google[32]; coincidencias en 20 países de habla hispana.

País Coincidencias en páginas web de lengua española
Jerusalem
(sin Jerusalén)
Jerusalén
(sin Jerusalem)
Total
España 1.030.000 = 27,9% 2.660.000 = 72,1% 3.690.000
México 396.000 = 28,9% 975.000 = 71,1% 1.371.000
Guatemala 66.700 = 43,7% 86.000 = 56,3% 152.700
El Salvador 49.100 = 18,3% 219.000 = 81,7% 268.100
Honduras 8.210 = 14,8% 47.400 = 85,2% 55.610
Nicaragua 12.300 = 12,3% 87.900 = 87,7% 100.200
Costa Rica 36.200 = 31,3% 79.400 = 68,7% 115.600
Panamá 15.100 = 13,8% 94.300 = 86,2% 109.400
Cuba 138.000 = 72,3% 53.000 = 27,7% 191.000
República Dominicana 58.400 = 28,4% 147.000 = 71,6% 205.400
Puerto Rico 19.700 = 42,7% 26.400 = 57,3% 46.100
Venezuela 35.300 = 22,9% 119.000 = 77,1% 154.300
Colombia 49.500 = 16,6% 248.000 = 83,4% 297.500
Ecuador 52.800 = 20,6% 203.000 = 79,4% 255.800
Perú 63.800 = 24,1% 201.000 = 75,9% 264.800
Bolivia 32.600 = 10,8% 270.000 = 89,2% 302.600
Paraguay 14.000 = 16,9% 68.700 = 83,1% 82.700
Uruguay 48.000 = 43,6% 62.000 = 56,4% 110.000
Argentina 253.000 = 29,4% 608.000 = 70,6% 861.000
Chile 88.300 = 24,1% 278.000 = 75,9% 366.300
Promedio de los 20 porcentajes  543,4 ÷ 20 = 27,2% 1456,6 ÷ 20 = 72,8%

En cuatro de los 20 países de habla hispana el porcentaje de coincidencias de Jerusalem fue mayor del 40% —Guatemala (43,7%), Cuba (72,3%), Puerto Rico (42,7%) y Uruguay (43,6%)— y, de estos cuatro, el que tiene el más alto porcentaje de coincidencias de Jerusalem es Cuba, país en cuyas páginas web, la grafía Jerusalem surgió con una frecuencia casi tres veces mayor que la de Jerusalén. Esto nos lleva a preguntar:

¿Por qué el uso de Jerusalem es tan alto en Cuba?

Al hojear algunas de las páginas cubanas que surgieron en las búsquedas, se observa que la alta incidencia de Jerusalem en ellas quizás se deba en parte a la existencia de topónimos en Cuba que usan la grafía con m. Por ejemplo, hay el Municipio de Jerusalem, en la provincia de Matanzas, y la Ciénaga de Jerusalem, en la de Pinar del Río.

Sin embargo, también existen páginas web cubanas, como el siguiente sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, que hacen referencia a la ciudad del Medio Oriente, no a lugares cubanos, y también usan la grafía con m: “Reiteró que Cuba continuará defendiendo el derecho del pueblo palestino a la independencia, la autodeterminación, a un estado soberano con Jerusalem como capital y el retorno de los palestinos de la diáspora a su patria” (énfasis agregado). (http://anterior.cubaminrex.cu/Actualidad/2012/Marzo/reitera2.html)

Los topónimos cubanos con Jerusalem sin duda se acuñaron mucho antes que la RAE/ASALE expidiera su recomendación de que se use exclusivamente la grafía de Jerusalén (DPD, 2005). Pero también podemos conjeturar sobre la siguiente pregunta:

Si los académicos de la RAE/ASALE estuvieran enterados de la existencia de la Ciénaga de Jerusalem, y de otros lugares cubanos que efectivamente incluyen la palabra Jerusalem, ¿continuarían aun así intentando intimidar a los cubanos a cambiar su grafía para que escriban Ciénaga de Jerusalén, o desistirían, bajarían la cabeza y se callarían la boca?

Al parecer, dichos académicos no tienen la capacidad de decretar que la Ciénaga de Jerusalem, lugar de un país de habla hispana, se escriba Ciénaga de Jerusalén; y si lo recomendaran, los cubanos quizás no les harían caso o, incluso, los mandarían a bañar. Pero la Academia sí pretende conseguir que todos escribamos Jerusalén, nombre de una ciudad que no se encuentra en el ámbito hispánico.

Lo que las búsquedas del cuadro 5 parecen sugerir es que, en varias partes del ámbito hispánico, la variante Jerusalem quizás sea aún más frecuente de lo que señalan los testimonios del presente estudio sobre el caso del Río de la Plata. Las cifras también abogan por la aceptación de ambas variantes y nos llevan a plantear los siguientes interrogantes.

  1. ¿Por qué la RAE/ASALE no es capaz de aceptar que algunos escriban Jerusalén y otros, Jerusalem, dejándole la opción a cada persona para que decida cuál de las dos grafías quiere usar?
  2. ¿Por qué la Academia no puede celebrar nuestra diversidad (¡Jerusalem y Jerusalén!) en vez de intentar suprimirla (Jerusalem)?
  3. En sentido más general, ¿por qué ese afán académico de que todos nos ciñamos al mismo patrón monolítico y único?

Desde el punto de vista práctico, no existe ninguna razón válida que exija que la RAE proceda de esa manera, pues en repetidas ocasiones ya se ha demostrado que la falta de normas únicas en el español, una lengua policéntrica por excelencia, no causa ningún caos, ni hace que las distintas variedades de la lengua española se resquebrajen en dialectos ininteligibles. Al contrario, nuestra gran variedad enriquece nuestra lengua y la vuelve más sutil y multifacética. A pesar de su lema “diversidad en la unidad”, la RAE ha intentado, en repetidas ocasiones y de todas las maneras posibles, limitar esa diversidad y meter en cintura a las diferentes variedades del español, sin lograrlo. Algunas personas creen que es gracias, precisamente, a la labor realizada por la RAE que el español no se ha descompuesto en dialectos ininteligibles, pero no hay ninguna evidencia que avale esta noción. Es más, tal desmoronamiento tampoco ha ocurrido en otras lenguas, como la inglesa y la portuguesa, que no cuentan con academias de la lengua y que también tienen diferentes normas consolidadas.

Sin embargo, lo que sí existe es un motivo político por el cual a la RAE le conviene andar llenándose la boca, en todo momento, para darnos línea y tratar de hacer que nos comportemos lingüísticamente según la norma escrita que nos ha destinado. Ese objetivo tiene que ver con la misma viabilidad y supervivencia —o sobrevivencia— de la docta institución. Si la Academia se abstuviera de indicarnos cómo expresarnos, ¿para qué la necesitaríamos? He aquí su gran temor: que cada vez más personas lleguen a la conclusión de que podrían vivir y expresarse muy bien sin esta entidad, que no nos hace falta y que no cumple ninguna función necesaria.

Para finalizar el análisis cibernético, en el recurso Ngram Viewer de Google se obtiene la siguiente gráfica comparativa, que revela que el uso de Jerusalem ha venido reemplazándose por el de Jerusalén a partir de los años 1940[34].

Gráfica comparativa diacrónica de las variantes Jerusalem (en rojo) y Jerusalén (en azul).

[1]En este estudio, la palabra rioplatense se usará como equivalente de ‘uruguayo o argentino’, es decir, se referirá a cualquier persona que provenga de cualquiera de estos dos países, independientemente de que la persona sea, en sentido estricto, oriunda del área cercana al estuario o bahía del Cono Sur formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay. Por ejemplo, para fines de este trabajo, personas del Departamento de Tacuarembó (Uruguay) o de la Provincia de Tucumán (Argentina), lugares que se encuentran lejos del Río de la Plata, serían consideradas rioplatenses al igual que personas de Buenos Aires y Montevideo.

[2]En las partes de este trabajo que son de mi propia autoría —no en los testimonios de los encuestados—, distingo entre sólo (‘solamente’) y solo (‘a solas’) porque considero que esta importante distinción semántica debe seguir viéndose reflejada gráficamente, tal como se hizo durante mucho tiempo. No me persuaden los argumentos que la Real Academia Española ha esgrimido en cuanto a que ya no merece mantenerse esta distinción y que debemos escribir, en ambos casos, solo, sin acento gráfico. También me choca el hecho de que la docta institución tilde de incorrecta o anticuada la práctica de hacer esta distinción, cuando antes había insistido tanto en ella; y que en su Nueva gramática de la lengua española (RAE/ASALE 2009) haya borrado la tilde de todos los sólo que figuraban en las fuentes que cita. Eliminar ese acento gráfico de sólo, como si nunca hubiera existido en los textos de nuestros escritores de los últimos siglos, con el propósito de promover y afianzar su campaña para suprimirlo, me parece tan absurdo como claro es el mensaje que nos manda. Borradas quedan las huellas del régimen anterior y a imponer su voluntad llega el nuevo, blandiendo su tolete y aplastando las plumas que conservaban la distinción entre sólo y solo. Y ¡ay del infeliz que se atreva a cuestionar la razón y resolución inapelables del regidor de la lengua! Porque al que desacate la orden le queda un solo destino: ¡al calabozo, y a rodar con su cabeza!

[3]En este trabajo, la colectividad (o la cole) se refiere a la ‘colectividad judía’.

[4]En los testimonios, algunos encuestados distinguen entre sólo (‘solamente’) y solo (‘a solas’), mientras que otros, no. Estas preferencias gráficas de cada uno se han respetado, manteniendo fielmente su forma de escribir y citando textualmente su respuesta; véase la nota 3 al respecto.

[5]Se puede argumentar que este testimonio debería estar catalogado en la sección de los encuestados uruguayos que aceptaron ambas variantes en vez de estar aquí en la de las personas que dijeron usar Jerusalén. Porque, por un lado, la persona encuestada está diciendo “aquí se dice Jerusalén”, pero, por otro, reconoce que la otra variante efectivamente se usa en la colectividad judía. Y así sucede con varios testimonios del presente estudio: catalogarlos no siempre ha sido un asunto fácil ni claro y otros podrán estar en desacuerdo con mi categorización. Queda por verse si este tipo de discrepancias tienen un impacto sobre las conclusiones del trabajo, o en qué medida las podrían afectar.

[6]En su artículo “La traducción y sus trampas”, José Martínez de Sousa (2004), con su característica sabiduría y chispa, aborda una serie de problemas comunes en la práctica de la traducción. Sobre los topónimos, Martínez de Sousa afirma que estos “deben tener la grafía de la lengua en que se escribe y […] los macrotopónimos y los mesotopónimos se adecuan siempre a la grafía de la lengua de llegada”. Este planteamiento no tendría aplicación a la cuestión de Jerusalem frente a Jerusalén si se parte de la premisa de que ninguno de estos dos términos es ajeno al español. Si bien la gran mayoría de las afirmaciones de Martínez de Sousa en este artículo son sensatas y hacen gala de su gran dominio de la lengua, otras muestran su desconocimiento o prejuicios. Señalamos a continuación un par de ellas (Martínez de Sousa, 2004: 151 y 153):

  • “El marasmo acentual se complica cuando consideramos la existencia de numerosas voces que admiten dos formas de pronunciación en cuanto al acento, lo que llamamos alternancias acentuales. […] Pero lo chocante se acentúa […] cuando consideramos que entre las formas biacentuales se registran estas parejas: orgía/orgia, conclave/cónclave, ambrosía/ambrosia, atmósfera/atmosfera, icono/ícono, medula/médula, pentagrama/pentágrama, raíl/rail, de las cuales las formas orgia, conclave, ambrosia, atmosfera, ícono, medula, pentágrama y rail no emplea nadie, no aparecen nunca en los textos. En algunos casos se trata de formas etimológicas, pero, aun así, deben desecharse si no tienen uso en la lengua.”
  • “Son anglicismos ortográficos, en lo que respecta a las cantidades, los siguientes usos: el empleo de coma para señalar los miles: 12,428, en lugar de utilizar, como mandan las normas, el espacio fino: 12 428; el empleo de punto decimal en lugar de coma decimal; por ejemplo, la grafía inglesa 12,428.35 debe escribirse 12 428,35.”

Sobre el primer punto, cuando Martínez de Sousa afirma que nadie emplea ícono (palabra esdrújula), que esta voz no aparece nunca en los textos y que debe desecharse, no está en lo correcto. De hecho, ha metido la pata en esto porque ícono es, efectivamente, la forma mayoritaria en el ámbito hispánico y la variante, icono (palabra llana), la minoritaria: el único país en el que esta se usa habitualmente es España. Con respecto al segundo punto —y sobre todo en lo referente al uso del punto decimal versus la coma decimal— se puede argüir que el empleo de 428.35 es tan anglicismo como 428,35 es galicismo, y que los mexicanos, centroamericanos y caribeños tienen tanto derecho a imitar el sistema inglés como los españoles y la mayoría de los suramericanos a remedar el francés. En sentido etimológico, ambas maneras de grafiar los números, tanto el punto decimal como la coma decimal, representan copias y tienen sus orígenes en otros sistemas lingüísticos ajenos al español. Por lo tanto, todo hispanohablante, independientemente de que escriba 428.35 o 428,35, es, en sentido histórico, un “copión” y puede serlo a mucha honra: no tiene por qué avergonzarse por su manera de escribir este tipo de guarismos ni por qué aguantar pullas de los que denigran su manera de grafiarlo.

[7]La palabra gentil aquí se refiere a los no judíos y esta acepción es, efectivamente, la primera que aparece en la entrada de gentil del Diccionario de la lengua (RAE/ASALE, 2014): 1. adj. Entre los judíos, dicho de una persona o una comunidad: Que profesa otra religión. U. t. c. s. [Usado también como sustantivo]

[8]En varias oraciones de su testimonio, esta persona encuestada escribió la variante con m sin acento, Jerusalem; pero en esta oración la escribió con acento, Jerusalém. ¿Habrá querido escribir Jerusalem o Jerusalén?

[9]La encuesta fue enviada a todos los miembros de la American Translators Association que, en el momento de la encuesta, vivían en Uruguay, tanto a los gentiles como a los judíos, y de estos ninguno respondió Jerusalén.

[10]El autor de este estudio examinó unos cuantos artículos de estas fuentes y en todos los que leyó la variante usada era Jerusalén.

[11]La persona encuestada cita las entradas de las dos fuentes a las que hizo referencia; ver el epígrafe número 3 para la cita del DPD.

[12]Gracias a la sugerencia de esta persona encuestada, el autor les escribió a los cuatro miembros del Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires que están registrados como traductores de hebreo y que incluyen, en el directorio del Colegio, una dirección de correo electrónico. Los cuatro contestaron y sus respuestas figuran entre los testimonios de este estudio, en las secciones correspondientes a los “Testimonios de los argentinos judíos”; véase más adelante.

[13]Cuando un informante primario proporciona los nombres y apellidos de un informante secundario y el testimonio de este no incluye información personal, sino simplemente la preferencia por Jerusalem o Jerusalén (como en el caso de Leibaschoff), el autor de este trabajo ha conservado los apellidos pero ha suprimido los nombres a fin de no divulgar la identidad del informante secundario. En cambio, cuando el informante primario divulga los nombres y apellidos del secundario y el testimonio de este revela información personal (además de la preferencia por una de las dos variantes), el autor suprime tanto los nombres como los apellidos del informante secundario.

[14]El autor de este estudio escribió a kehilacordoba.org y a varias otras sinagogas rioplatenses pidiendo información sobre el tema, pero lamentablemente no recibió ninguna respuesta de parte de estas organizaciones religiosas.

[15]En estos casos en los que la informante ha pedido ayuda a otras personas, habría sido conveniente tener los datos de estos nuevos informantes (llamados “encuestados secundarios”), pero el autor no se atrevió a pedir información sobre ellos por lo que esta información generalmente falta.

[16]La Reina-Valera es una de las versiones en español de la Biblia más difundidas en el mundo; se llama así por referirse a los apellidos de Casiodoro de Reina (el primer traductor) y Cipriano de Valera (el primer revisor).

[17]Según la página http://www.ort.edu.ar/que-significa-ort, la sigla ORT deriva de la expresión rusa Obshchestvo Remeslennogo zemledelcheskogo Truda sredi evreev v Rossii (Общество по распространению ремесленного и земледельческого труда среди евреев), que en español significa ‘sociedad para la promoción de oficios y trabajo agrícola para los judíos’.

[18]La palabra señalética significa ‘el sistema o conjunto de señales o letreros’. ¿Se trata de un uso universal en español, o regional? El DLE no consigna el vocablo. El Diccionario de americanismos (RAE/ASALE, 2010), sí, y lo señala como uso de Cuba, Perú y Chile, pero considerando que aquí lo ha usado un argentino radicado en Israel, puede ser que la extensión de señalética —o de su variante señalítica— vaya más allá de los tres países señalados por el Diccionario de americanismos.

[19]Sería interesante investigar, en el caso de las diferentes variedades del español, cuán frecuente es la secuencia insistir con frente a insistir en. Al respecto del verbo insistir el Diccionario panhispánico de dudas (RAE/ASALE, 2005) afirma lo siguiente:

insistir. ‘Repetir o hacer hincapié’ y ‘persistir’. Es intransitivo y se construye con un complemento introducido por en: «Mi madre insistía en que la rubia corpulenta era la amante de mi padre» (Montero [Cuba 1995]). Cuando el complemento es un sustantivo, también puede ir encabezado por sobre: «Insistió sobre una futura entrevista con su hijo» (LpzPáez Herlinda [Méx. 1993]). En el habla esmerada, no debe suprimirse la preposición (→ queísmo, 1b): *«El presidente insistió que las elecciones no fueron una derrota» (País [Esp.] 9.7.97); debió decirse insistió en que…

[20]Esta es la parte de la entrevista del anterior enlace donde Avraham Argov, autor de Jerusalem se escribe con M, trata el tema en sí.

[21]Es posible que aquí la persona encuestada haya querido decir evangélico (‘persona que pertenece a ciertas iglesias del cristianismo protestante’) en vez de evangelista (‘persona que predica el evangelio’). Entre las personas no evangélicas, ¿cuánta confusión habrá en Argentina —y en el mundo de habla hispana en general— entre evangélico y evangelista? Si se fija en la entrada de evangélico del DLE (“1. adj. Perteneciente o relativo al evangelio. 2. adj. Perteneciente o relativo al protestantismo. 3. adj. Dicho especialmente de una doctrina religiosa: Formada por la fusión de los cultos luterano y calvinista.”), parece que los benditos académicos tampoco manejan muy bien el tema.

[22]Aquí la persona encuestada cita la entrada de Jerusalén que está en el Diccionario panhispánico de dudas (RAE/ASALE, 2005).

[23]La persona encuestada escribió esta respuesta durante la época del año de Halloween y del día de los difuntos.

[24]Si en el CORDE hay entradas con Jerusalem de 1411 y con Jerusalén de comienzos del siglo xvi, sería interesante investigar si la Inquisición veía con malos ojos la pronunciación con eme de la ciudad santa e, incluso, si sus representantes se ensañaban con las personas que decían Jerusalem acusándolas de “judaizantes”. ¿A algunas que se les escapó un Jerusalem las habrán torturado o pasado a la hoguera?

[25]Los testimonios secundarios de este estudio probablemente sean más espontáneos que los primarios porque aquellos fueron brindados a personas de confianza de su mismo país y no a una persona, el autor de este trabajo, que no es de su confianza. También es cierto que muchos de los testimonios secundarios se ofrecieron a través de Facebook, un medio que tiende a ser más informal que el de email.

[26]Dado que el autor de este trabajo considera que la RAE y la ASALE son, en realidad, una misma entidad (por más que aquella institución trate de hacer una distinción), aquí se suele referir a ambas instituciones juntas y en singular.

[27]Es necesario aclarar que el DLE, a diferencia del DPD, no recoge topónimos.

[28]En realidad, en el DPD (2005) se indica que yacusi, la forma castellanizada, es preferible a jacuzzi. Sin embargo, en el DLE (2014), solamente aparece una entrada para jacuzzi y no hay ninguna para yacusi. Esto sugiere que, en este caso, la Academia ha desistido de su intento de imponer la forma castellanizada y ha aceptado el extranjerismo, con tal de que se escriba en itálica y no con letra redonda.

[29]Mihail Mihaylov, Kiril Paounov, Evelyna Radoslavova, Milena Savova, y Nadia Strenk (miembros de la American Translators Association que traducen del inglés al búlgaro) me informaron que Пекин se pronuncia similar a Pekín en la medida en que se pronuncia con los sonidos [p] y [k]. Rusia no pertenece a la Unión Europea y por lo tanto EU Publications no provee ninguna información sobre el uso en ruso. Sin embargo, consulté con varios miembros de la ATA que traducen del inglés al ruso y me informaron que en ruso la palabra para la capital china también es Пекин y que también se pronuncia similar a Pekín. Esto me lo indicaron Marina Aranovich, Igor Belyaev​, Pavel Kozlov​, Konstantin Lakshin​, Yuri Melnikov, Zoya Nayshtut,​ Helen Pechersky​, Boris Silversteyn, y Andriy Yasharov​.

[30]En la versión en español de esta publicación, se manifiesta lo siguiente con respecto a Pekín: “Aunque la forma correspondiente al sistema «pinyin» de transcripción del chino es Beijing, al tratarse en este caso de un nombre ampliamente conocido y utilizado desde la antigüedad, en español se sigue utilizando mayoritariamente la forma tradicional (Pekín), lo que no impide el uso de la forma nueva al citar documentos en los que conste esta última.” Esto implica que la posición de la dirección española de EU Publications es más flexible y menos tajante que la postura académica.

[31]Paraskevi Brunson, Eo Demetra Luttrell, Katerina Pappa, Vassiliki Rapti y Anastasia Vronteli (miembros de la American Translators Association que traducen del inglés al griego) me informaron que Πεκίνο se pronuncia similar a Pekino en la medida en que se pronuncia con los sonidos [p] y [k].

[32]Las búsquedas en Google, cuyos resultados están arriba en el cuadro 5, se realizaron el 16 de noviembre de 2017. También se aplicó la búsqueda a Guinea Ecuatorial (país que falta en el cuadro), pero en los primeros 10 o 15 sitios que surgieron, la mayoría de estas páginas web tenían material escrito en otras lenguas (inglés, francés, alemán, etc.), a pesar de haberse precisado lengua española en la búsqueda, por lo que en el caso de Guinea Ecuatorial, no se incluyeron los resultados. El autor no entiende por qué la búsqueda arrojó tantas páginas en otras lenguas. Quizás sea un caso más de las formas extrañas y misteriosas en que funciona Google.

[34]El autor agradece a Susana Rodríguez Barcia por haberme enviado esta gráfica.

Andre Moskowitz (Berkeley, California, Estados Unidos, 1962) trabaja como traductor e intérprete de inglés y español desde 1985, y forma parte del plantel de intérpretes del Tribunal de Inmigración de San Francisco, California (Estados Unidos) desde 1997. Enseñó inglés en Colombia (Bucaramanga y Cali, 1984-1985) y Ecuador (Guayaquil, 1990-1992). Es traductor certificado por la American Translators Association en tres combinaciones lingüísticas: español-inglés, inglés-español y portugués-inglés. También es intérprete de español-inglés certificado por los tribunales federales de los EE. UU. y por los estatales de California. En 1984 recibió el título de B.A. en Humanidades de la Johns Hopkins University (Baltimore, Maryland, EE. UU.). En 1988 recibió el título de maestría en traducción (español e inglés) del Graduate Center de la City University of New York (Nueva York, EE. UU.), y en 1995 obtuvo su segunda maestría, en español (rama de lingüística), de la University of Florida (Gainesville, Florida, EE. UU.). Sus áreas de interés son la lexicografía hispánica y la dialectología léxica del español, así como la forma en que estas se relacionan con la traducción y la interpretación del español. Sobre estos campos versan la mayoría de sus publicaciones.